dijous, 21 d’agost del 2014

CODAZOS



Los anuncios me provocan emociones. Supongo que no descubro nada nuevo, es una obviedad de principiante, los creativos publicitarios cobran por hacer realidad mi chorra reflexión. No me crucifiquen todavía. Hay unos anuncios que me destensan los labios, me río con desgana de la zafiedad con la que requieren que me adhiera a su secta. Hay otros que me atacan las pocas neuronas que me quedan, a lo israelí, sin respetar nada, como me tienen maniatado esperando que empiece una peli no tengo más bemoles que aguantar el estúpido bombardeo. Hay otros anuncios que me provocan ardores de estómago, hay que verlos en ayunas si no quieres vomitar de puro sexismo o de pura agitación consumista, consiguen por sí solos que ponga al producto en la lista negra de no comprar jamás. Hay otros que dejan tufillos extraños a su paso y son los que me llevaban de cabeza. Mientras los contemplas es difícil elaborar un causa-efecto coherente e inmediato. Van estallando cual bomba racimo (toma metáfora de spot chorra) y tiempo después le encuentras la gracia.


Hace un mes me topé con uno de la Cuenta Nómina de ING Direct que exhibía una retahíla de tópicos para mostrarnos lo constreñidos que estamos por la sociedad. Hace pocos días quien volvió a excitarme la pituitaria fue IKEA. Descubría como quien anuncia la sopa de ajo la influencia del comportamiento de los padres en sus vástagos. Se los pongo a continuación para que se metan en honduras.



Tuvo que llegarme a quemarropa un artículo de Joan Subirats para poder descifrar el rompecabezas de los dos anuncios provocadores. Parece ser que David Cameron ha montado un gabinete denominado Behavioural Insights Team (qué, se quedan igual), vulgarmente denominado el Equipo del codazo. Según el catedrático de Ciencias Políticas el objetivo de tan innovador departamento es cambiar el comportamiento de los británicos sin utilizar medios coercitivos (normas) o incentivos (subvenciones). Yo entendí que es algo así como si tu amigo te pega un codacillo en el bar y te advierte que has subido de peso y que tu silueta está cogiendo forma de foca. Al principio te ríes para no demostrarle que ha dado en la diana, que tanto tinto de verano y tapita de calamares te ha desgobernado la cintura, luego, cuando él desaparece pides una bebida light, y por la tarde, cuando baja el sol, te pones un chándal y a bajar la grasilla sobrante.
Si no queremos ser unos antiguos de tomo y lomo con hacernos una cuenta naranja tenemos suficiente, si somos unos padres fracasados comprando un armario sueco ordenamos las prendas de ropa y las ideas. Simple y directo al bazo, que parece ser un órgano muy receptivo a los mensajes publicitarios.

dimecres, 20 d’agost del 2014

BABOSOS



Ayer estábamos mi mujer y yo sentados en una terraza del paseo principal de Manresa tomando una tónica. En la mesa de al lado había cinco babosos. La cábala o cualquier otra causalidad universal quisieron que fuera ese número y no otro. Liguen con sucesos de actualidad. ¿Por qué babosos? Cada mujer que pasaba por su espectro visual  era repasada de arriba abajo con un escáner sexual, huelga decir que las exclamaciones dirigidas a tetas y a culo eran las que elevaban la mayor ostentosidad verbal chabacana. Lo hacían sin rubor, sin miedo al qué dirán, era una ceremonia solo para machos que no despertaba susceptibilidad alguna en su entorno,  algo equiparable a escupir en el suelo (ha vuelto la moda desde que lo hacen casa segundo los futbolistas) o tirarse un pedo. No es políticamente correcto pero no se censura, no es para tanto que exclamarían si alguien interpelase su baboseo. Seguramente en el imaginario de todos los actores que operábamos en aquel escenario no desentonaba su algarabía sexista. 
Desde mi punto de vigilancia identifiqué a no más de diez metros a dos chavales que como chukies amateurs giraban sus cuellos 360 grados al paso de una morena de ombligo al aire y caderas tortuosas. Reían, baboseaban, miraban con obscenidad descarada cada movimiento de la chavalita. No había más delito que la intimidación visual y eso no figura en ningún código penal. Una pregunta cruzó por mi mente por culpa del delirio baboso que me inundaba. ¿Qué separa Manresa de Málaga? O lo que es lo mismo, ¿qué separa la civilización de la barbarie? O formulada de otra manera. ¿Qué provoca que una erección acabe en violación?


Imagino que un incremento importante de alcohol en sangre, lo suficiente para traspasar la última línea del atrevimiento y adentrarse en los territorios del acoso. No somos nosotros, el punto etílico elimina la responsabilidad y la consciencia, entramos en un mundo animal en el que todo está permitido. Imagino también que un escenario más solitario ayuda, nada de miradas inquisidoras que puedan declarar en un juicio, a las ocho de la mañana en una feria de atracciones no suele haber ni Dios. Imagino que también ayuda justificar que la falda corta o el escote prominente es una provocación que no se puede esquivar. Todas son unas putas, un grito de guerra que ayuda a seguir avanzando por el camino que fuerza voluntades. Todas menos mi madre y mi hermana, sus coños, como diría Torrente, no están en venta. Imagino también que ayuda saber que hay un resquicio legal que puede evitar problemas, ella consintió, ella quería, aunque diga que no, somos cinco para negar su versión. Imagino que también ofrecen un buen colchón los políticos que están preocupados por la fama del lugar donde gobiernan, la feria más importante del sur de Europa no se puede ver salpicada de un caso de violación, qué pensarán los turistas, no vendrán a beber fino y comer pescaíto frito pensando en que alguien les puede poner la mano en el culo a sus novias, mujeres o hijas. Imagino que también pondrán su grano de arena las recomendaciones arcaicas y rastreras de la policía que equipara a una mujer con un perro sin bozal.
Después de pensar un poquito me di cuenta que no estaban tan lejos las ciudades ni las realidades, que aquellos cinco babosos pudieran metamorfosearse en los cinco jovencitos malagueños aclamados a la salida de los juzgados. Todos los babosos no acabarán violando pero puede que los huevos se incuben lejos de donde aparecen las crías.
No será muy civilizada mi conclusión pero en vez de pedirle a las mujeres que lleven un silbato para ahuyentar violadores soy más partidario de cortarle el pito a los que lo saquen por la fuerza.
Posdata: Cèlia Sevilla, miembro de mi comunidad de conocimiento me envía un material que es necesario para ampliar miras sobre lo anteriormente tratado. La cultura de la violación.

dimarts, 19 d’agost del 2014

PITCH




Una vez a la semana uno se puede permitir el lujo de escuchar a un gurú tecnológico o del emprendimiento, no hace daño y se pueden aprender cosas. A veces andan tan alejados del ciudadano de a pie que sus lecciones asustan de pura sencillez. Explican historias cargadas con una sensatez que desmonta el palurdismo que compone nuestro transitar diario y que nos impide volar por encima de la mediocridad. Siguiendo la conversación entre Martin Varsavsky y Dídac Lee (promocionada por el omnipresente Banco Sabadell) uno se pregunta cómo nunca montó una empresa. Como los magos de prestigio estos gurús se guardan los trucos de tronío para la intimidad y emboban al personal con los más artificiosos. Nos explican todo el proceso pero siempre omiten un ingrediente que seguro que es el que genera los cheques de seis ceros.


En medio de una revolución laboral contra un despido improcedente que padecí tuve la oportunidad de visitar TV3 para solicitar la cobertura del conflicto. La directora que me expulsó de su cole realizaba cobros ilegales a las familias y marginaba a los alumnos que no sufragaban sus caprichos. Un día conseguí audiencia en la cadena de televisión catalana y me llevaron a un despacho donde una periodista con cara de malas pulgas me sentó en una silla y mirándome a los ojos me preguntó por qué debía destinar una cámara y un redactor a mi tema. Empecé balbuceando y explicando leyes de financiación de centros educativos de complicadísima comprensión (por eso hacen lo que hacen los ladrones de guante blanco). La cara de mi interlocutora ya me indicaba que no iba bien. Cambié mi pitch agónicamente para conseguir el objetivo. 
-          -Niños negros y moros discriminados en la piscina escolar porque sus padres no pueden pagar las extraescolares.
-                        -La noticia es tuya. Ahí tienes al cámara, queda con él.

Cerró la puerta y se largó con viento fresco. Tres días después salía nuestro conflicto en prime time (mediodía y noche) en el Telenoticias autonómico. Horas más tarde recibía una llamada de la directora general de educación de la Generalitat para arreglar el desaguisado.

El término inglés pitch hace referencia a una presentación verbal (y visual, a veces) concisa de una idea para una película o serie de televisión, generalmente hecha por un guionista o director a un productor o ejecutivo del estudio, con la esperanza de atraer financiación de desarrollo para costear la escritura de un guión. (Wikipedia)

Martin Varsavsky y Dídac Lee explican la importancia del pitch en el mundo de los negocios digitales y hacen una práctica en directo. El resto de la charla tampoco tiene desperdicio.


¿Algún profe despistado e iluminado preparará a sus alumnos en tan rabiosa disciplina el curso que viene? Ay, profe, es que tengo vergüenza, es que no me sale, es que no he tenido tiempo, es que, es que, es que….. El negocio se lo llevó otro.

dilluns, 18 d’agost del 2014

MÁS QUE EL PROZAC Y LA VIAGRA



Los fármacos nos tienen en sus manos. El mundo no dejaría de girar si el Sol hiciese huelga pero otro gallo nos cantaría si las farmacias bajasen la persiana y nos dejasen sin píldoras para afrontar la realidad cara a cara. Se liaría un pitote de magnitudes incalculables alejado de las posibilidades manipuladoras de Dios o del Diablo, me arriesgo a pensar que incluso una coalición antinatura de ambas castas de la salvación y la condenación no pasarían de ser una pistolita de agua frente a la coraza pétrea de las combinaciones químicas que nos arrancan los males a base de comprimidos. 

Un mundo basado en cimientos enfermos es un chollo para los fabricantes de antidepresivos. Darle a la manivela y esperar réditos. En el colmo de la productividad construyen sectores que tienen su centro en los perniciosos efectos secundarios,  o sea cobrar dos veces por el mismo engaño. Y qué me dicen del desafío a la gravedad del poderío machote. Una pastillita que permite convertir un músculo decrépito en una barra de hierro irredenta al paso del tiempo. Nada de aceptar que los cuerpos humanos tienen fecha de caducidad o que los pellejos son de cemento. Todo es posible si se tiene en el cajetín la química adecuada.
¿Y ahora qué toca? ¿La inmortalidad? No es rentable. Si se pueden cobrar muchos peajes asequibles a todos los bolsillos para qué inventar un remedio total, hay que seguir regando la existencia de peligro para que nadie sospeche. Eso sí, hay que renovando el miedo periódicamente, hay que tener productos estrella que cautiven los pánicos, léase SIDA o ÉBOLA, los snobs y los incautos están preparados para pagar lo que no tienen por un remedio que no saben muy bien lo que remedia. Por mucha crisis y mucha amenaza tecnológica que se cierna sobre horizonte los que mueven el cotarro de las pastillas están afincados en una comodidad inamovible. Pero como buenos poderosos no se confían y es por eso que tienen trabajando a científicos de bata blanca para que sondeen nuevos nichos de mercado del dominio humano. Y ya están dándole vueltas a un negocio que más que apuntar a la eternidad proviene del retrovisor.
Una de las cosas que más duele al ser humano es el pasado. Por mucho que se esfuerce, vía subconsciente o consciente, sale a flote para golpear donde más hiere. Es un testigo molesto que condiciona el presente y que alarga su sombra hasta el futuro. Cómo no se les ocurrió antes a los negociantes de la felicidad ¡Pastilla que te crió! La del olvido selectivo, una cajita de seis comprimidos y todos los errores cometidos en el pasado desaparecen para siempre y con ellos la responsabilidad del paciente. El contador se pone a cero y se crea una nueva vida libre de ataduras absurdas. Los únicos que son inmunes al nuevo fármacos son los psicópatas que están aumentando en las estadísticas sociales en peligrosa progresión, tal vez para ellos se invente un antídoto que obligue a recordar las tropelías del pasado para que cuando les vuelva la conciencia se vean obligados a chutarse con la gama de productos que bombardean la memoria .  
Si les sobra un durillo (nada de invertir en nuevas tecnologías y otras zarandajas), pónganlo en cualquier laboratorio que ande investigando en la goma de nata del recuerdo, beneficio seguro, más que el Prozac y la Viagra juntos.

dijous, 14 d’agost del 2014

SINIESTRO



Ayer fue el día internacional de la Zurdera. Ya sé que para la mayoría de los mortales pasó desapercibido pero para un servidor que va al revés que el 90% de la población mundial significó un motivo de orgullo y satisfacción. Se celebra desde 1976, no se crean que los zurdos hemos sido aceptados desde hace tanto tiempo, hemos pasado nuestras fatiguitas y nuestras persecuciones.


El mundo siempre exige dos bandos y quien mejor encarna esa demanda es la factoría del pecado o su opuesta, la fábrica de la bondad. La religión católica siempre ha visto malamente que alguien (fueran brujas, herejes o disidentes varios) fuera contracorriente, por eso, se inventó una escena final que dejaría a las claras el peligro de ejercitar el pensamiento divergente (casualmente el que estimula la creatividad). A la izquierda de la vara de medir, a la sinistra, los zurdos, condenados por saltarse la línea continua al fuego del infierno. A La derecha, la destra, los diestros, los elegidos que se rozan con el Hijo de Dios y candidatos a la salvación eterna. 
Durante mucho tiempo se invitó a los pobrecitos zurditos a la conversión, a que con un esfuerzo titánico dejaran inútil su mano izquierda para abrazar la fe de la derecha. Ambidiestros ennortados que renunciaban a sus orígenes para ser una mezcolanza rara. Quiso la caprichosa Historia que ambos lados también indicaran visiones políticas diferentes en tiempos de la Francia revolucionaria.
Hace un par de años me encontré de nuevo con él, con su estampa rechoncha y su dicción sibilante, sus gafas de pasta negra y su rostro evanescente. Era protagonista involuntario de un programa de investigación de Mercedes Milá sobre la pederastia. Un par de jóvenes lo localizaban en una casa de colonias para reprocharle tocamientos indecentes a la hora del patio, sucedió cuando era profe en un colegio marista de Badalona. ¡Coño, era el Hermano Lucio! Él se defendía con una ambigüedad hiriente. Lo que hubiese sucedido ya estaba perdonado por Dios. Me vino encima un ciclón. 

-          - De la Torre, sal al encerado. Gónzalez, siéntate, inútil. No puedo entender cómo tus padres no han hecho   nada para que dejes de escribir con la izquierda de esa manera tan lamentable.

Ya me ven a mí deslizándome a sus espaldas mientras él engordaba el sermón contra los zurdos y escribiendo con mi mejor caligrafía y a toda pastilla el desarrollo del problema matemático para que no reparase en la mano que sostenía la tiza. El hermano Lucio observó detenidamente el encerado mientras yo esperaba el veredicto con angustia disimulada.

-          -Esto es otra cosa. Supongo que véis la diferencia. Así se escribe. De la Torre, muy bien, siéntese.

Desde aquel lejano día he cambiado algunas definiciones de mi diccionario.