Ayer
me entraron las dudas. No sé si mis alumnos se copian de los políticos o son
éstos los que calcan a mis pipiolos. Revisando el modus operandi del
Arrepentido (presi Rajoy) no difiere un
ápice de lo que me encuentro durante el curso.
1.
Resistencia a ser controlado. A
Rajoy lo tuvieron que llevar de los pelos al Congreso porque tenía previsto
escaquearse hasta después del verano. Mis alumnos me dan teléfonos falsos de
sus padres, no les presentan las notas que les envío en la agenda, esgrimen
horarios leoninos para que no pueda producirse la entrevista con sus
accionistas donde deben enfrentarse a la dura realidad.
2. Salvar los muebles. El presi
decidió entonar un sucinto mea culpa protector. Me equivoqué, confié en quien
no tenía que confiar. Cuando lo pronunció con su dicción seseante apareció en mi cerebro un elefante, no me pregunten por qué. Los alumnos reconocen que no se han
esforzado lo suficiente (cuestión tan obvia como hiriente) y prometen que el
trimestre no volverá a suceder. Los palmeros del PP aplaudieron la sinceridad y
los padres del mal estudiante se creen sus mentiras por obligación. Calcado.
3.Olvidando los detalles
fundamentales del error. Rajoy cree que la memoria de los españoles es ínfima,
que no recordamos sus declaraciones grandilocuentes afirmando que los
papeles de Bárcenas (por fin pronunció su nombre) eran todo mentira menos alguna
cosa, que los SMS de apoyo los mandaba la ceguera de la amistad y que cobrar un
pastón del partido hasta que fue despedido de tan original forma era un
despiste de la contabilidad de una organización que flota en sobres llenos de
billetes de 500. Mis alumnos tarambanas no recuerdan las veces que los avisé en
clase por su deplorable actitud, las veces que fueron expulsados (los padres
también sufren amnesia respecto a ese punto), los ceros patateros que
recibieron en los exámenes parciales.
4.Y tú más. Cuando la oposición (el
brioso Ruby) le apretó las tuercas salió el defensor absoluto del Mal de
muchos, consuelo de tontos. El alumno cuando se ve contra la pared empieza a
difamar contra el profe y sus anticuados métodos, la injusticia con la que se
valoran sus ejercicios y la poca de delicadeza que se tiene con su esfuerzo. Si
cuela, cuela.
Mi
sorpresa vino cuando después del rocambolesco espectáculo que supuso la
comparecencia de Rajoy en el Senado la prensa internacional lo calificaba con
un aprobado justillo. A mí se me encogió el alma, el año que viene tendré que
recomponer mis criterios de evaluación y ponerle un cinquillo a todo el que me
mienta con alevosía, premeditación y descaro (Fin de la cita).
La prensa internacional puede que le dé un aprobado justillo, pero los españoles deberíamos "suspederlo" de empleo y sueldo, que a este no lo hemos parido y no cuela.
ResponEliminaBesotes
¿Y arrancarle algún pelillo de la barba? Me hace ilu.
Elimina