Hay una excesiva confianza en los sentidos. Que se lo digan a Tomás, el
apóstol, que tuvo que meter los dedos en las heridas de Jesús para certificar
que había resucitado (no me digas Wert que no me avanzo a tu reforma y le doy a
la religión la importancia que se merece).
Los más sagaces habrán reparado en que al título le falta un NO. Yo soy más
principesco que tomasista. “L’essentiel
est invisible pour les yeux”. ¿No me creen? Vean estos dos cuadrados.
¿Son
la misma tonalidad de gris? Pongan un dedito en la pantalla justo en la
separación y se vienen a mi verita.
Segunda píldora, Robert Aumann, premio Nobel de Economía en 2005.
Matemático israelí famoso por profundizar en la teoría de juegos. Vistazo a la
Wikipèdia.
La teoría de juegos es un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones en
estructuras formalizadas de incentivos (los llamados «juegos») y llevar a cabo
procesos de decisión. Sus investigadores estudian las estrategias
óptimas así como el comportamiento previsto y observado de individuos en
juegos.
En la toma de decisiones no podemos basarnos en lo EVIDENTE. El enemigo
puede hacernos VER lo que él desee (incentivo) para forzar nuestra reacción. Un
ejemplo para rematarlo todo. Si un país tiene una gran deuda pública EVIDENTE, solo
caben dos soluciones: reducir gasto público (a la larga recesión económica por
descenso de la actividad económica de los funcionarios y por la carga del
desempleo de los mismos) o aumentar ingresos (subir los impuestos genera
descenso del poder adquisitivo de las clases medias y posible aumento del
fraude fiscal). Los dirigentes de ese país y los directivos de los grandes
centros de poder ya nos han convencido de la NECESIDAD de afilar las tijeras y
de engordar los impuestos. Es EVIDENTE que no hay otra solución.
Un inesperado dedito se coloca entre dos cuadrados y nos ofrece una visión
diferente. Revueltas en los países prósperos (Brasil, Chile, Turquía, Túnez).
¿Por qué? El crecimiento capitalista es bipolar (los ricos más ricos y los
pobres más pobres). La cultura del subsidio (que se está implantando a marchas
forzadas en nuestra piel de toro) lastra la economía de los países emergentes,
sus clases medias no tienen fuerza para mantener el ritmo de crecimiento y sus
clases empobrecidas salen a la calle a la primera decisión controvertida. Os dejo
acertado análisis de Moisés Naím.
Pregunta capciosa contra las evidencias: ¿Y si invertir en justicia social
fuera económicamente rentable?
Sin duda alguna, casi cualquier actor social, intenta modificar la realidad a su antojo
ResponEliminaLa clave es identificar los beneficiarios de la manipulación.
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