¿Qué?
Ni flores. Muy listillo, profe, pero no te enteras de ná. ¿De ná de ná? ¡De ná! El
Nigga se crece, sabe que tiene saber en su faltriquera y que el profe que se las da
de listillo, que les suelta peroratas insufribles de economía y que le puso sobre
la vía de Monsanto y que (salga toda la porquería) alguna vez lo ha echado de clase por gamberrete, ahora
está desprotegido. In albis (en blanco, no enterado o al corriente de algo).
No, no sabe lo que es nigga, y el Nigga se lo refriega por las narices,
de qué te sirve tu libro sacrosanto si no sabes lo que es Nigga, deja el
ordenata y no busques en el Google que todo lo sabe, a pelo, tendrás que preguntarme, a mí, al
vago, al Nigga, al que no tiene interés por nada, eso te creís tú. La clase
jalea al Nigga, le cede el cetro del saber, es una pequeña rebelión dentro del orden
establecido en el aula en el que todo fluye de arriba hacia abajo. En los
suburbios (igual que en Suecia) se está produciendo esta mañana de viernes una
subversión, el Nigga, el puto Nigga (así se autoencumbra con ese engolamiento
tan adolescente), es el amo del saber y yo, con esa curiosidad malsana que me
corroe estoy en sus manos. Y me siento vivo, puedo aprender algo de estos
mozalbetes, ¡ya era hora, joder! (con perdón para los oídos castos). El Nigga
se me pone a canturrear un rap y unos cuantos compañeros se contonean al
compás.
Pruébenlo
este finde, vigilen las caderas, a ciertas edades los giros bruscos son
requetemalos. Y si se atreven a seguir la letra en inglés (el Nigga es un
emigrante ghanés que domina el idioma de Shakespeare) se darán cuenta que
provoca tanto como el Nigga provocaba a un servidor al principio del curso. Me intentaba
imponer su ley de provocaciones constantes y ahora, ya ven ustedes, aquí tan
amigos, yo te respeto Nigga y te exijo que tú a mí, yo te enseño lo que sé y si a ti te
apetece, me enseñas lo que es nigga. ¡Me pones un positivo! Nigga, no lo estropees,
para qué quieres tú un positivo, tu fuerza está en ese canturreo, en no dejarse domar por esas sardinillas en la boca que aceptan las focas obedientes.
El
Nigga me explica el significado de la palabra y el contexto en el que
se utiliza. La clase que tenía que versar sobre los organismos que rigen la
excelsa Unión Europea ha acabado en un festival de léxico de tribus urbanas.
Qué quieren que les diga, yo me lo pasé bien, ellos también y todos aportamos
(como en un piscolabis) lo que sabemos.
Ah, se me olvidaba… ni borracho les explicaré lo que significa nigga. Búsquenlo si les interesa o háganse colegas
de uno.
Me ha costado leerte!!!
ResponEliminaPero realmente no conozco a ningún nigga y la curiosidad me ha entrado, buscaré.
De lo que no me cabe duda es de que has aprendido de él...y yo de tu texto...
Un besote
Nigga, nigga, nigga... Negro que se llama negro y no se enfanda. Otro besote.
ResponEliminaGracias¡¡¡ Entiendo perfectamente al nigga, a mi no me molesta que me llamen blanca. Besotes
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