Ocho
de la mañana del lunes en la puerta de un instituto de cuyo nombre no quiero
acordarme.
- -¡Te he dicho que no y es que no!
Mandíbula
desencajada, ojos coléricos, presión arterial cercana
al colapso, sudor frío, úlcera a punto de perforación.
- -¿Por qué no?
Expresión
facial hierática, tono de voz calculadamente cínico, postura corporal chulesca.
- -Entra en el instituto de una vez.
- -¿Por qué no?
Los
decibelios de la voz del padre aumentan peligrosamente ante la inoperancia de
sus órdenes. Las respuestas de la hija reflejan una firmeza que saca de quicio
al más pintado.
- -Haz el favor de entrar al
instituto que llegas tarde.
- -¿Por qué no?
Diez,
veinte, treinta ojos de compañeros de la protagonista contemplan la destreza en el toreo de su
compañera de clase, alguno esboza una tenue sonrisa. Diez, veinte, treinta ojos
de padres que llevan en coche a sus vástagos miran con compasión el trago por
el que pasa el sufrido progenitor y el cuajo con el que la hija lo provoca. Una
pareja de guardias municipales encargada de vigilar el tráfico en los accesos
del instituto sigue con atención la escena, no se pronuncia, si no se produce
un altercado...
- -Entra en el coche.
La
adolescente mueve su posición y se sienta en el asiento del copiloto. Ya ha
forzado al enemigo (sí, sí, han leído bien) a sentarse a negociar.
Las
tecnologías de los padres han quedado obsoletas completamente. Hasta hace unos
años la fuerza bruta (un guantazo) era una tecnología que hacia entrar en razón
(antítesis) a los jovenzuelos rebeldes.
Hoy está completamente en desuso, acabaría con el padre en chirona y la
provocadora en el trono de Miss HagoloquemedalaGana.
No
es un problema marginal, ocasional, puntual. No es un problema de malos padres
y malos hijos. Es un problema estrictamente tecnológico, nuestras criaturicas han desarrollado estrategias más potentes que las nuestras y aniquilan nuestra autoridad con facilidad pasmosa. La educación en el seno de las familias (sacrosanta
institución) también ha entrado en crisis y el SinWertgüenza (afortunadamente) todavía no ha
propuesto reforma. Mi solución pasa por llamar al cielo (infierno si no responde) a
Steve Jobs y proponerle que desde el más allá nos eche una mano a los del más
acá y se invente una aplicación de móvil para domesticar adolescentes. No nos
cerremos a las nuevas tecnologías, son el futuro.
Hoola Jordi,
ResponEliminaMe ha encantado la acidez de este artículo. Soy afortunado al no tener que "lidiar" con un hijo tecnológico y tampoco los tengo como alumno. Aún así entiendo que hay un GRAVE PROBLEMA, que se ha de solucionar, porque sino me llegarán como "clientes" al Juzgado.
Un abrazo.
La acertaste amigo, estos enfrentamientos son carne de juzgado, of course. Los abogados se frotaban las manos antes de la crisis, si además aderezabas el altercado con una madre divorciada en la otra parte que apoyaba a la hija tirana... ufff, lío al canto. Ahora la gente no tiene fondos y tiene que inventar tecnologías o aguantar carros y carretas. No es un problema baladí aunque lo haya tratado con sarcasmo. Un abrazo.
EliminaDesde luego, a mi en el coleio me atizaban con una regla UNAS MONJAS si hacia una trastada y no por ello estoy traumatizado ni nada x el estilo. Es curioso q no se permita "adoctrinar" a los hijos con un guantazo, como dices, q en el fondo tambien le duele al que lo propina. Y sin embargo se le permita visualizar y absorver todo tipo de violencia en la Tv, cine, radio, videojuegos. Somos unos incongruentes.
ResponEliminaPor las rendijas de nuestras incongruencias se filtra la tiranía de los adolescentes 3.0.
EliminaLamento tener que decir que me agarraban a los 7 años entre el profesor y los alumnos mayores pedido por este, para ,con el zapato hartarse a enrojecer mi culo y esto por escribir con la izquierda!
ResponEliminaEs el día de hoy que me tengo que sentar delante de un papel y tengo que respirar profundo varias veces y hasta hacer algo de yoga para poder mirar de frente el papel y el bolígrafo o lápiz
y cuando lo veo por la calle ,al susodicho profesor (domador , de ...fieras, no....dragones ,no ...seres malignos ...no ,cachorros de humanos ,si ese ser maligno
Al verlo caminar por la calle todos los dias con los rasgos hitleriano y con sus 89 años, la energía de ira que provoca en mi es......
La letra con sangre entra en el inconsciente ( no seré dueño de mis actos)
Un guantazo no es maltrato. Sin duda, lo que tu explicas es un maltrato sistemático y humillante. Un guantazo es un latigazo de sensatez, dos o tres, un método estéril. A mí también me obligaban a escribir con la derecha, suerte que los ordenadores no admiten más tropelías absurdas.
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