- -Profe, ¿qué significa hetedoroxo?
Los
alumnos tienen un punto tiránico, una obsesión por convertir a sus profesores
en esclavos. Tengo la muletilla siempre a mano.
- -Búscalo.
- -Jo, profe… siempre igual.
Espero paciente el siguiente round. Previsible.
- -No entiendo lo que pone.
- -Busca una entrada más sencilla,
busca las palabras que no entiendes…
- -Busca, busca, busca… ¿Y tú para
qué sirves?
Cuando
obligas al haragán a hincar el lomo suele responder con un exabrupto. Mi experiencia
me lleva a instalarme un par de tapones simbólicos en los oídos y resistir sus
provocaciones en la medida de lo tolerable.
Mis
alumnos disponen de un cañón en sus manos, un ordenador portátil que les da
acceso a casi todo el saber universal pero que la mayoría del tiempo lo dedican
a cazar moscas (chatear, facebookear, pornoconsumir, youtubear chorradas…).
Tengo
noticias de Sparrow (nada que ver con el pirata del Caribe) en el estudio Los jóvenes en la era de la
hiperconectividad (2013) escrito por Dolors Reig y Luis F. Vílchez. El
citado investigador elaboró un estudio para la Columbia University en el que
concluye que Google (y todos los buscadores) están cambiando la forma en que
nuestros cerebros procesan y retienen la información. O lo que es lo mismo,
para qué aprenderse de memoria la lista de los reyes godos si con dos clics la
tengo delante de mis narices. ¡Bravo! ¡Aleluya! Los defensores de la tecnología
aúllan alborozados. Stop a su exacerbada felicidad. Los expertos también creen
que la memoria “es necesaria para cosas
tan relevantes como la creatividad, que cualquier brain-storming acude a
conocimientos previamente almacenados”. Desencanto de los tecnócratas, no
me sean volubles y hagan prospecciones en las posibilidades que nos ofrece la
memoria propia y la memoria ciborg. ¿No saben lo que significa? Primer clic,
Google. Segundo clic, Wikipedia. Leer y almacenar.
No
hay que amalgamar cualquier información, sino aquella que tiene que ver
directamente con el proceso de trabajo. Obviamente si tengo que estudiar a los
visigodos mejor que almacene en mi memoria a Ataúlfo y no tenga que caer en los
brazos de la amada Wikipedia cuarenta veces (pierdo tiempo que podría gastar en
otros procesos). Apunta Dolors Reig que “cuando
ponemos a la gente en capacidad de crear, empiezan generando las ideas más
familiares. Las personas con poca memoria de trabajo se quedan en este punto,
mientras que los que puntúan más alto empiezan a buscar fuera de lo que ya
saben”. Traducido. Cuando a los adolescentes 3.0. les encargan una
redacción los menos memorísticos acaban en los temas y las formas consabidas
(amor y muerte). Una camisita arrugada, unos pantalones del año pasado y unas
bambas raídas. Otros, rebuscan en el fondo del armario (historia de la
literatura universal) y son capaces de vestirse con un aire moderno que impacta
a los profes acostumbrados al desaliño.
Vuelvo
a la realidad. Mis alumnos de Tercero de ESO
no tenían noticias de cómo el Sr. Google ordena sus páginas, ni de qué
vive (cándidos ellos), ni por qué nos sugiere unos temas y no otros nada más
colocar una letra en el cajetín de búsqueda. Me dio relativa rabia, a nosotros
nos escrutan y nos cuestionan y al profesor más ilustre de la nube cibernética
lo acatan sin rechistar.
Vean
este vídeo y verán en qué manos estamos si a la tecnología no le oponemos algo
de sentido común.
Muy bueno el articulo, el vídeo que acabo de ver me abrió la mente sobre un montón de cosas, gracias por compartirlo!!
ResponEliminasaludos!
Como profe, Ezequiel, esa es mi más destacada función....SUGERIR, ABRIR LA MENTE... Por lo tanto, ¡prueba conseguida! Un saludo.
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