En
una semana he fijado mis posiciones respecto a la situación que estamos
viviendo. Les devuelvo mis reflexiones por si de algo les pudieran servir.
De dónde venimos. El
lunes empecé a pasar la peli Germinal (inspirada en la obra de Émile Zola) a
mis alumnos de Primero de Bachillerato.
Nos separa de ese mundo un siglo y
algo. La unidad de acción de los obreros siempre ha sido su talón de Aquiles,
mirarse el ombligo localista sin percatarse que la unión hace la fuerza. La
película refleja perfectamente las tensiones, las traiciones, las dudas y la
decisión a la hora de luchar. A nadie le gusta formar parte de la infantería,
es muy alto el precio a pagar (que se lo digan a Depardieu en la peli porque en
la vida real…) Los patrones juegan al divide y vencerás, a la compra y represión de los cabecillas, al victimismo que amenaza con lock out, vamos,
tácticas manidas y de plena actualidad. Acompaño la proyección con
explicaciones sobre la teoría marxista y anarquista y el ilustrante fracaso de
las dos Internacionales.
Adónde vamos. Aparece en la prensa un magnífico artículo para saber los horizontes
del progresismo firmado por José Luis Álvarez y Ángel Pascual-Ramsay. Tres
retos encima de la mesa: a) el desarrollo de toda la potencialidad (formación)
de los trabajadores para su emancipación en un mundo global b) la sustitución
de la imaginería industrial por otros escenarios más ligados a la innovación,
la creación y al emprendimiento c) la nueva solidaridad que establece al Estado
como garante de derechos no como administrador de los mismos. La caída espectacular del PSOE y la poca
consistencia de IU sumado a la deslegitimación de los sindicatos obliga a
regenerar el discurso, no basta con un No pasarán del controvertido y simplista Manifiesto.
Por lo visto y escuchado en la Conferencia Política del PSOE no están por la
labor, siguen con los brindis al sol y sacándose brillo a la panza de sus egos.
Dónde estamos. El Salvados de la Sexta de esta semana podría haber sustituido su
denominación de origen, yo lo hubiese denominado Acojonados. Jordi Évole
entrevistaba a representantes sindicales y trabajadores de Nissan. El resumen,
Virgencita Virgencita que me quede como estoy, los patrones presentan unos
números y amenazan con deslocalizar la empresa y nos bajamos los pantalones (el
sueldo) y nos convencemos que en tiempos de crisis es lo que toca (vuelve
Germinal). En circense cabriola el periodista nos lleva a Francia a que un
dirigente sindical de la empresa Mittal cuente con pelos y señales cómo se han
defendido como gato panza arriba contra el gigante del acero. Nos explica en
dos minutos la sumisión del poder político al poder económico ( el inefable Montilla ya lo
había explicado sin rubor en el caso de Nissan). Arremete contra los
revolucionarios de Facebook, que hacen proclamas en la red “mientras se tocan
los huevos y otros compañeros están en la trinchera”. Y alucina con la sumisión
de algunos trabajadores españoles que sueñan con vivir en precario toda su
vida.
La
travesía por el desierto promete ser larga y dura.
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