Les
supongo sorprendidos por el gerundio. No se apuren, he utilizado un verbo
taleguero (carcelario) para despistar al personal, su significado en lenguaje
fetén sería equivalente a curiosear, meter la nariz y en un caso extremo,
espiar.
¿Ustedes
han sentado en la mesa de su comedor a dos ministros? ¿y a tres consellers de
la Generalitat? ¿ex presidentes, cuántos? ¿ex ministros? ¿Nada? ¿Banqueros?
¿Directores de diarios? ¿Presidentes de la patronal? Me lo imaginaba, solo me
le leen los parias de la tierra (sigue así Jordi, que acabarás leyéndote tu
solito).
Estaba
sentado en el sofá el sábado a mediodía degustando las noticias, esa ventana
por la que entra la realidad que otros deciden, y un gusanillo despertó mi
curiosidad (mi sentido pipeador). Quién era el anfitrión que montaba el fiestorrillo de postín en una masía del Alt Empordà con un cartel de lujo. El apellido es de
los que te despiertan de la siesta. CONDE. El nombre no coincidía con el de la
gomina. LUIS. ¡Fiuuuuu! ¡Qué alivio! Recordé que este tipo se hizo famoso hace
unos meses por haber fichado a Esperanza Aguirre (que se aparten Neymar, Messi
y otros mindundis). Ah, se me olvidaba, el tiberio de altura tenía como
objetivo recaudar fondos para una fundación de disminuidos psíquicos. Una
Marató de ricos, me cago en la doble moral y en la bondad de los poderosos, a la que nos descuidamos se disfrazan de hermanitas de la caridad (sin pagar IVA, of course).
Pues
sí, me he pasado el finde pipeando por la red sobre el inspirador del “espíritu
de Fonteta”, municipio donde Conde tiene la masía Can Anglada que dio cabida a
la degustación solidaria de civet de jabalí, he estado investigando sobre los
headhunter y sus cazadores, me he chupado los discursitos mesiánicos y las
apariciones en tele del propietario de Seelinger&Conde, sus peripecias
vitales (naufragio con su hijo incluido). Vamos, que me pueden hacer un Pasapalabra
del personaje que arraso.
¿Para
qué te ha servido? Me gusta que me hagan esta pregunta. Aporto tres reflexiones
a mi distinguido público:
A) Somos una mierdecilla, nos han
vendido que por depositar una papeleta en una urna ejercemos nuestra soberanía,
falacia del tamaño de la catedral de Burgos, el poder, el bueno, el que
modifica y transforma, estaba sentado el sábado en la mesas de Can Anglada.
B) Estamos gobernados por mediocres oportunistas lameculos ,
Conde se dedica a seleccionar los directivos con “más talento y aptitud” para
las empresas que tienen beneficios a espuertas. Obviamente no trabaja para el
Estado, son los partidos políticos los que seleccionan a los directores
generales y todo su escalafón. El problema ya no es tanto el nepotismo como la falta de talento y aptitud. Una de las empresas más potentes del mundo
(dicen que España es la economía 13) tienen una selección de personal
restringida y patética. Podríamos permitirnos los mejores y nos gobiernan los negados.
C) Los gobiernos en la sombra (Can
Anglada) no responden al mandato de los socios mayoritarios (la población
activa española que paga los sueldos de los que les dirigen), sino a oscuros
intereses que benefician a unos pocos y joden a la mayoría.
Ya
ven que 007 a mi lado, un amateur.
Deberías dedicarte a esto, creo que se te da mejor que la enseñanza (es broma). Nos estamos perdiendo a un gran pipeador (espero que se diga así)que nos mantendría informados de todo cuanto acontece en las altas esferas y que tanto nos afecta.
ResponEliminaUn besote.
Detalles, eres generosa en tus comentarios y lo que es peor, las aciertas de lleno. Soy mucho mejor pipeador que profe, tengo que hacer un reciclaje y lanzarme al ruedo, porque estos desgraciados se creen que somos tontos y que no nos enteramos de ná (que es casi cierto). Gracias por iluminarme,
ResponEliminaComo con los alumnos seas la mitad de entretenido y didáctico que eres en tu blog, mejor ten una doble vida. De día profe y d noche espía. Que hace falta librepensadores como tú cerca de los jóvenes.
ResponEliminaNo te creas, acabaré acusado de corromper a la juventud, imagina que algún día estos mozalbetes empiezan a pensar. ¡La debacle!
ResponElimina