-¿Cuál
es el acontecimiento de la actualidad que te parece más importante como
historiador?
La pregunta la formula un alumno de notas bajas de
Primero de Bachillerato. Me sufre en Historia del Mundo Contemporáneo. El
temario es para acabar con el interés de cualquiera, desde la Revolución
Industrial hasta nuestros días. Yo me aburro como una ostra explicando una y
otra vez la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Este zagal bienintencionado
(normalmente me preguntan para perder clase) me ha puesto a huevo poder hablar de lo que sucede
en este mundo sin el corsé de las programaciones.
-
- Alepo.
No reacciona al primer zurdazo que le pego en el
mentón, el muchacho habría apostado a que yo me iba a
liar con el rollo de la crisis económica (vicios de profesores del Primer
Mundo).
-
-Siria.
Ya respira más tranquilo, le suena. A principio de
curso, coincidiendo con el tema de la utilización de armas químicas en la represión
de las fuerzas rebeldes y su hipócrita revuelo global, les hice una breve síntesis del conflicto.(Si quieres informarte de la situación actual pues leer la entrevista en Jot Down a Íñigo Sáez de Ugarte). Me levanto,
conecto la pizarra digital y le enseño una fotografía.
La cara del alumno ha sufrido una profunda
metamorfosis. La curiosidad se ha tornado en honda preocupación. Qué demoledora
son las imágenes si se sabe habitar en ellas. Remenean el caldo de nuestros sentimientos y
avivan el interés por un mundo más extenso que el que pisan nuestros pies. Ya
sé que no me pagan para eso (el inspector lo va repitiendo por los centros que
pisa, nos pagan para hacer lo que marcan los políticos). Yo también tengo mis
propias ideas (delito) y estimo que mis alumnos deben conocer para tomar
perspectiva y elaborar sus propias teorías (crimen de leso gregarismo).
Alguien apretó el gatillo de la cámara
fotográfica. Alguien que estaba allí, lidiando con la muerte, exponiéndose para
que hoy mi alumno y yo podamos compartir un trozo de realidad oculta y robada
por los que solo andan preocupados por acumular poder y dinero sin límite y a
costa de lo que sea. Le explico que la historia es cíclica. Ha habido tanto
Alepos desde el principio de los tiempos. Todo vale, le recuerdo esa vergonzante
colonización de América, el arrinconamiento de los indios en el Oeste americano, el imperialismo
europeo repartiéndose el pastel africano a finales del siglo XIX y principios del XX, las guerras intestinas que devoran África.... La fotografía cuaja todas las sospechas.
Niclas Hammarström, fotoperiodista sueco, estuvo
secuestrado dos meses en Siria a finales del 2013, le dispararon en una pierna cuando huía evitando una muerte segura. “Muchas veces me pregunto por qué arriesgo la
vida para hacer fotografías”. Los periodistas se han convertido en una
moneda de guerra, los rebeldes y los gobiernos los utilizan a su interés. Niclas le ha
prometido a su hija pequeña de cuatro años que no volverá al conflicto. La promesa no es del todo firme porque los ojos que disparan fotos testimonio se le inundan de emociones cuando recuerda lo vivido. “Tengo una mujer y tres hijos, y ellos me
tienen a mí. La vida es estupenda. Pero me dedico a esto por un buen propósito.
Para documentar la guerra y contarle la gente lo que está ocurriendo. Solo tomo
imágenes, pero las fotografías y los textos consiguen cambios”.
Sin él Alepo no estaría en la conciencia de mi alumno. Ni tampoco en la mía .La
vida no es estupenda cuando habitas sus fotografías.
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