dilluns, 4 d’abril del 2016

EL TERCER OJO

Los emperadores de tres años, se convierten en tiranos de seis, en dictadores de diez y en psicópatas de quince. Los padres a veces rehenes de sus desvaríos les ayudar a amenazar e intimidar a todo el que les pone límites. Los más pacíficos niegan y requeteniegan lo que les cuentan que hace su vástago en la clase, los directores e Inspectores miran para otra parte o se valen de servicios psicopedagógicos que justifican todo mal comportamiento para poder mantener el buen nombre del centro o de la zona. Las líneas rojas del respeto se cruzan con una frecuencia insufrible que provoca la desmoralización y el miedo de los que en teoría deberían contener los desmanes.
Yo no soy de conformismos. Creo que hay que utilizar las nuevas tecnologías para el ámbito disciplinario. ¿Por qué no? No es lo mismo decir que su hijo me insultó que usted pueda apreciarlo con todos los detalles.


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