dilluns, 30 de desembre del 2013

DUELE



Ahora que los reyes Magos piden tres plátanos de Canarias para tener la energía suficiente para repartir todos los regalos y que el rey Borbón pide flexibilidad para que hagamos un enésimo esfuerzo para creernos una mentira increíble, creo que ahora, en este punto culminante del desvarío nacional ha llegado el momento de limpiar la verdad de tanto escupitajo y manifestar unos deseos en condiciones para el 2014.
Los que quieren seguir viviendo de la mentira de los Reyes Magos que se metan los tres plátanos por el culo y dejen de corromper a los niños tiranos con caprichos tecnológicos y que de una vez por todas se imponga la cultura del esfuerzo y la humildad y no la hipócrita bondad condicionada a recompensas inmediatas. Que se calle el monarca tramposo de una puñetera vez y deje de decir sandeces en prime time la Nochebuena. El vividor follador mangoneador que se ha movido con soltura entre la zafiedad patria no sirve ni para cogerle las llamadas a Sandro Rey a altas horas de la madrugada, o sea que, circulando para el exilio.
Duele comprobar que nos han engañado y duele más si los que lo han hecho son unos paparruchas que destacan más por su desvergüenza que por su inteligencia. Duele saber que la transición fue un conciliábulo en el que participaron amigos y enemigos de Franco para asegurarse el puchero y el futuro. Duele saber de los tejemanejes de Torcuato Fernández Miranda (no perderse la entrevista en el JOT DOWN a Gregorio Morán), de cómo un presidente cateto como Suárez pudo llegar adonde llegó, comprobar que Carrillo, el mítico Carrillo, sacrificó la república por tener su cuota de poder en el negocio de la transición, como Fraga y Martín Villa acaban sus vidas en una respetabilidad insultante cuando eran unos fascistas de tomo y lomo. Se hinca el dolor en lo más profundo cuando se tienen noticias de las maniobras militares del Rey en el 23-F, cuando se sabe que los rojillos de postín, el mirlo blanco Felipe González y el implacable látigo de la derecha Alfonsito Guerra, traicionan a la legión de fieles creyentes en el cambio con un trilerismo posibilista (el truco que luego heredó el cejijunto Zapatero, ¿dónde está la crisis?). Duele ver la corrupción sindical (¿no eran de los nuestros?), a los europeístas de conveniencia viviendo opíparamente o a los besamanos de los americanos llenándose a espuertas los bolsillos con subvenciones internacionales. Duele ver que los nacionalistas que pactaron durante años con Madrit ahora se han vuelto independentistas en cuatro días. Duele saber de Blesa y sus contactos con el marchante de arte de bigote recortado, despertarse cada mañana con una tropelía más de los Gürtel (incluida la foto en calzoncillos de Correa) o de Fabra ( y sus desafiantes chulerías y los insultos de su hijita bien educada). O descubrir las chapuzas de los ERE (Segura deja a Torrente y cógete a estos casposos). Duele saber que una Caja de Ahorros sin ánimo de lucro compraba una línea aéreas como si tal cosa, o concedía préstamos sin garantías a timadores y le negaban al currito el préstamo para comprar una nevera. Y que nos da lecciones de economía gente de la calaña de Draghi o Lagarde. Duele que los medios de comunicación han estado echando dibujos animados todo este tiempo cuando lo que se cocía de verdad en este país eran pelis de sangre y sexo duro. 

Aunque duela sentirse engañado por rufianes de medio pelo nadie nos obliga a soportar que nos sigan engañando en nuestras narices (para ejemplo esa esperpéntica rueda de prensa de fin de año del plasmático).
Por un 2014 lleno de verdades, por dolorosas que sean.      

divendres, 20 de desembre del 2013

SE ME FUNDIERON LOS PLOMOS



A mí me parecía milagroso, se lo juro. De vez en cuando, en mi casa, en mi infancia, se iba la luz. Obviamente teníamos preparadas unas velas de emergencia (nada de linternas, eso vino después). ¡Ya han vuelto a saltar los plomos! Mi padre cogía una escalera, un trozo de cobre (no estoy seguro del material), sacaba los plomos y no sé qué conjuro hacía que de nuevo volvía la luz y se restablecía el orden. De esos tiempos prehistóricos hemos pasado a las subastas de la electricidad. En aquellos hogares infantiles cuando se pasaba frío nos poníamos un jersey de más, nos tapábamos con una manta y con mucha suerte nos colocaban una bolsa de agua caliente para que los pies no se helaran en el fondo de la cama. Veíamos la tele lo justo y los aparatos eléctricos eran novedad. 


Creo que no sólo ha pasado el tiempo sino también la decencia. Cuando les explico esto a mis retoños me miran como si les hablase el Tiranosaurio Rex. Mis hijas derrochan la electricidad sin reparar en que la subirán sin piedad diga lo que diga el Humprey Soria que miente más que habla. Básicamente porque ellas no se rascan el bolsillo, son hijas de un miembro de la clase media al que le retienen sus impuestos (no los puedo evadir ni estoy exento) y del que viven gran parte de los tripones que nos intoxican (triste entrevista del Gran Wyoming a Zapatero)  y nos gobiernan (penoso espectáculo el de los correos de Blesa). Toda la sociedad está enchufada y no puede subsistir sin cargadores. Nos pusieron el cebo y picamos. Toda la sociedad está en el Watsapp (¡es barato!) para que en el futuro no podamos prescindir de él y lo pagaremos como oro del que cagó el moro. Habrá ayudas sociales suficientes para que no nos privaremos de la cuota de internet. El precio de la electricidad está batiendo récords históricos pero las calles están engalanadas con millones de bombillas que pagamos todos (¿o no?). Las eléctricas españolas están entre las empresas con más beneficios de Europa y se quieren cobrar los destrozos anteriores a lo bandolero, algunos expresidentes tienen poltrona en ellas casualmente (causalmente). ¿Quieren más incongruencias?  Ya nos la metieron doblada con la prima de riesgo o con los mercados, enemigos invisibles (el coco, el hombre del saco) cuando los que nos asesinan están muy cerquita. Ahora nos quieren distraer con las subastas cuando el nudo gordiano está muy lejos.
No celebraré nada esta Navidad, reniego de la fe en los eufemismos y quiero ser un proscrito de los deseos de buenas intenciones mientras gángsters a sueldo siguen ejecutando el bienestar social a ritmo de caviar. No desearé a nadie un feliz 2014 porque creo que va a ser bastante peor que el 2013. Aguantaré estoicamente que me llamen nihilista, amargado, insolidario, aguafiestas, ateo o pesimista. Lo soy. Pero a poco que pueda y me aguante el cuerpo seguiré taladrándoles con la VOZ más ÁCIDA que me salga de la rabia contenida que acumulo. Un saludo.

dijous, 19 de desembre del 2013

EL DESPIPORRE NACIONAL



Berlanga te necesitamos, vuelve. Si nos tomamos en serio la realidad casposa que nos atosiga podemos enfermar. Uno de los remedios para subsistir es el escapismo humorístico. Déjenme que les ayude, tómenme como una cápsula de evadir penas y adentrémonos en el apasionante mundo de la Sagrada familia (me ha quedado mesiánica la arenga). Obviamente me refiero a los Aznar (Ansar)-Botella (Bottle). Este país es muy ingrato con sus salvadores y el mundo del arte siempre ha estado dominado por izquierdosos envidiosos que no han querido retratar el poder aunque hayan vivido de él (puya subliminal). Qué valor podría alcanzar un retrato de José Mari con su bigote hierático en una subasta de Christie’s. ¿Subido a caballo estilo conde duque de Olivares? Les veo un morbo deleznable. ¿Con una copa de vino en la mano? Serán viciosos… ¿PedroJ en liguero en el fondo de cuadro conspirando? Los ojos me hacen chiribitas y se me inundan de dólares, me he reencarnado en el tío Gilito. ¿Y por qué no estirar a la Botella en un diván? ¿Desnuda? Y vestida también, no me digan que no es Maja. Ya sé que eso del destape es más del Interviu y menos de los del Opus. Cambio de planes. Lienzo a lo Van Eyck tapados hasta el moño. No se preocupen que a doña Ana le quitamos el bombo y a don Giovanni le ponemos mostacho. ¿Hace? Empiecen a pujar, malditos.
Los novelistas de este país no tienen perdón de Dios. Ninguno ha tenido suficiente imaginación para meterse en ese excelso hogar de los Aznar y narrar los días anteriores a la foto de las Azores, no sé, imagínense un diálogo entre marido y mujer en inglés shakesperiano, o americano tejano, tanto da, no superaría las tres palabras bien pronunciadas. Agiten su imaginación escritores de pacotilla para describir el mítico momento en que Anita elige la corbata de su José Mari declamando To be or no to be. ¿Y si lo pronunció en catalán? Ah, no, ya no interesa engañar catalanes. Vilas, deja de hablar con Dios de una puñetera vez y haz los deberes.  

No sé qué leches están haciendo Almodóvar, Alex de la Iglesia o el denostado Segura para no filmar ipso facto, con el mejor espíritu berlanguesco, una de las bodas más surrealistas que se han celebrado en España desde la de los Reyes Católicos (que tuvo que ser sonada). Hablo de la de Anita Aznar y Alejandro (Ecclestone) Agag. No me digan que no ven a Sazatornil o Agustín González como Bigotes, Arturo Fernández de Correa, Norma Duval de Esperanza Aguirre o Jesús Puente de Berlusconi. ¡Acción!
Y la música también tiene delito, cómo puede dejar pasar una fuente de inspiración tan soberbia como la del vástago primogénito de la Sagrada Familia. No me digan que ni un chotis dedicado al castizo José María Jr. Ni una coplilla del incisivo Krahe. Tendrá que bajar del infierno Chavela para cantar con voz cazallosa y tequilera una ranchera que empiece así: “Con los pelos que se ha dejado por ti y han sido muchos, me parece impresentable lo que has hecho o no has hecho. No se merecía esta decepción.”
Mientras se despiertan las musas del arte español llamo a Gerardo Rueda para que vaya preparando un cuadro tenebrista del cortijo de Blesa. ¿Ha muerto? ¿Y con quién se iba a repartir la pasta el Padrino Aznar?

dimecres, 18 de desembre del 2013

LA SEÑORITA MILAGROS



Yo estaba en una fila de enanos de seis años con una bata y una cartera. Ella se estrenaba como profesora de primero de EGB. Vino de la fría Soria y nos encontramos en la canturreada Badalona. Yo me puse a llorar como una magdalena y ella, desde entonces y para siempre, la señorita Milagros, me dio su cariño y me ayudó a superar el síndrome de Stendhal en mi primera semana de cole. 
Ayer pasé una tarde deliciosa con ella, nos encontramos 41 años después (que se dice pronto), me dio un abrazo que guardaré en mi piel lo que resta de vida y juntos recorrimos nuestro colegio. Los ojos que cautivaron a aquel niño eran los mismos, aquella voz tan singular volvió a acariciar mis oídos. Aunque no me lo notó empecé a menguar y retorné a la patria de mi infancia, compartimos recuerdos, visitamos los lugares sagrados que el tiempo había adaptado a sus necesidades pero que dentro de la memoria se convierten en una indómita forma de resistencia. Mi pareja nos acompañó en el periplo, con sus ojos de gata observaba aquella mujer de la que tanto yo le había hablado, ella también es profesora y rió cómplice cuando la señorita Milagros confesó que los alumnos de ahora eran de mantequilla. Lo dijo delante de un campo de fútbol de tierra en el que jugábamos más de trescientos alumnos en el año 72 y donde cinco pelotas volaban sin piedad sobre las cabezas de unos niños sin remilgos. En aquella escuela se confiaba en el profesor, todo lo que hacía la señorita Milagros era por mi bien, en mi casa y en la sociedad no había dudas, si me rompía una hoja porque mi caligrafía era deficiente no me traumatizaba ni pensaba en denunciarla, sacaba otra y repetía el ejercicio hasta que ella lo consideraba correcto. En la base de lo que soy está la mano de la señorita Milagros y de otros profesores que con la mejor intención, con el máximo cariño y con una dedicación que no podré pagar, me enseñaron a aprender. De todos y cada uno de esos educadores he copiado estrategias y formas para ser mejor profesor. 


Después de la visita la señorita Milagros se fue a su casa a buscar unas fotografías de mi época. La esperamos en un bar, allí surgieron más recuerdos, la familia del dueño había regentado un kiosko en el que yo compré mi primer regaliz de palo y mis primeros cromos. Vimos las fotos y a quemarropa mi señorita me hizo otro examen. ¿Y tu vida? Se la expliqué con palabras que ella me había enseñado, ella me compartió la suya. El sentido común apareció por la mesa correteando y exigiendo un papel en esta educación tan descentrada. Y más recuerdos para intentar devolvernos a un tiempo que no volverá. Nos abrazamos, nos despedimos y creo que el próximo encuentro no será tan tarde.
De vuelta a casa, en silencio, mientras conducía, pensé en la importancia de los buenos cimientos.     

dimarts, 17 de desembre del 2013

EMBUSTES Y CONTRAEMBUSTES



La verdad sobre los Reyes Magos de Oriente se camufla entre los regalos que carretean los esforzados camellos con la benéfica intención de preservar la ilusión de los niños. Es la primera gran mentira social (en el ámbito judeocristiano). A los cuatro o cinco años ya hay chivatos que empiezan a joder la marrana y a malmeter voceando a los cuatro vientos que los reyes son los padres. El mosqueo está servido. Unos niños indagan en la duda y otros miran sin ver. A los ocho o nueve años las pruebas contra los farsantes que usurpan el papel de los tres regaladores son más contundentes que las de Bárcenas y los Gürtel, pero un buen grueso de niños interesados siguen contreembusteando a los que pretenden sacarles de su ignorancia interesada. Cuando las evidencias no se pueden camuflar con otras trolas, aparecen los padres ingeniosos que se invisten de embajadores de los Reyes de Oriente, brazos ejecutores nada más. Como han sido pillados con las manos en la caja del Scalextric o de la Barbie argumentan a orejas proclives a la mentira que los accionistas verdaderos del regalo siguen siendo los fascinantes Reyes y ellos unos intermediarios (interesados). ¿Y el rollo del carbón? Otro embuste para condicionar el comportamiento de los infantes, seguro que el Fraguel Montoro se lo ha copiado para reducir a los que le critican.
Siguen pasando los años para los engañados y se encuentran de nuevo con otros Reyes, éstos campechanos y modélicos. Y se los creen. No investigan las amistades peligrosas con el anterior jefe del cortijo que les dejó el trono en herencia. Secuaces bien adiestrados (y mejor alimentados de prebendas) les maquillan las vergüenzas en el golpe de estado fallido. Las mentiras tienen las patas muy cortas, y de un tiempo a esta parte los Borbones Magos no ganan para carbón, perdón, para producir mentiras. El boquete que les han hecho en la corona la pareja Urdan-Cristina es bonico, los devaneos de la Corinna y los elefantes qué decirles, suerte que el apuesto Felipe y la abnegada Sofía meten debajo del felpudo toda la mierda.

Las últimas mentiras me han soliviantado, lo admito. Yo los dejo tranquilos, asumo la pasividad global que permite que estén viviendo en la bicoca eterna, pero por favor les pido (y si tengo que ponerlo en una carta y entregársela a los pajes, lo haré) que no me tomen el pelo, que no agredan mi inteligencia con sandeces intolerables. No han tenido otra ocurrencia los brutos asesores de la Casa Real que crear un apartado infantil dentro de su web que tiene un lema que es un choteo: “Bienvenidos a vuestra casa. Medio país desahuciado y los dos privilegiados supremos invitándonos de boquilla a su chalet. Si se invita, se invita, que la abran de par en par y que alojen en sus estancias al que lo pida. Yo me pido el despacho para grabar un mensaje de navidad que seguro que tiene más audiencia que el soseras de cada año.Si le falta aliño al real despropósito no se pierdan la entrevista con motivo de su 50 cumpleaños de la infanta Elena, una chica que en directo no junta tres palabras con sentido y en la entrevista reflexiona sobre lo humano y lo divino en el marco de lo políticamente correcto.  
 

Váyanse a cagar que diría mi venerado Rubianes.