Los
creadores de pensamiento único se esmeran en levantar vallas infranqueables que
obligan a discurrir por el ÚNICO territorio posible, el suyo, el verdadero. Qué
pasa cuando se enfrentan dos creadores de pensamiento único, que no queda
espacio libre en el que respirar. Una vez achicado el espacio los difusores de
pensamiento único consideran imprescindible estrechar el tiempo, para qué
esperar más si es sí o sí. En el peligroso compás de espera pudieran aparecer
dudas, datos contradictorios, otros pensamientos únicos con más solidez y
dineros, por lo tanto, hagámoslo ya aún a riesgo de equivocarnos.
La
anterior perorata viene a cuento por el runrún que escucho proveniente de la
Diada Nacional de Catalunya. Escucho a sus promotores, veo los ensayos, intuyo
los fastos y no puedo por unos instantes sentirme un traidor. Cómo puedo ser
tan zafio como para no apoyar a los que quieren que los hospitales vayan mejor,
que haya más dinero para la educación pública o para las empresas catalanas,
cómo puedo ser tan rastrero para no unirme a los que darán de comer a mis pobres o
aseguraran el futuro de mis chiquillos. Me zarandean con las cifras del déficit
fiscal y me hacen obvio que una Catalunya independiente sería el mejor país en
que cualquier terráqueo quisiese vivir. Y lo jalean con convencimiento. Y me
presentan al causante de todas mis desgracias, España (o Espanya), Madrid (o
Madrit o Madrí), y me hablan de historia a mí que soy historiador, y me hablan
de lengua, de cultura, de castellers y de sardanas y me agitan la bandera que
lleva el més que un club en colaboración con la aerolíneas cataríes. Y uno se
empequeñece y se quiere fagocitar entre esa masa enfervorizada que ve con una
claridad que un servidor no tiene. Y uno teme que a la primera que se le ocurra
circular contracorriente lo tilden de facha o de español (pobre de mí que además
soy perico).
Lástima
que todavía conservo esa capacidad (demodé) de pensar por mí mismo y esa
curiosidad innata que me hace preguntar por el ejército del nuevo país
independiente, por la venta de patrimonio a la que han accedido los que nos
salvarán o por los casos de corrupción que salpican a los que agitan con más
fuerza las banderas. Y el silencio se hace a mi alrededor aunque sigo viendo un
dedo acusador que me señala como antipatriota. Me la suda.
En
el otro pensamiento único están como si tal cosa, como si no pasase nada,
parapetados en su Constitución de acero, en sus tópicos (catalanes folloneros, egoístas,
judíos…), en su bandera (cómo se parecen las jodías), en la mayoría absoluta,
en unos números que nunca coinciden con los de la otra orilla, en el martillo
y el terciopelo (dependiendo del momento), recurriendo otra vez (y van) a
Gibraltar para subirnos la testosterona nacional. Resumiendo, a la suya.
Y
en medio de los dos pensamientos únicos, de dos verdades absolutas, de dos
soluciones para la misma incógnita, andamos los curritos con menos trabajo (y
más precario) y con menos futuro. Y ellos, los salvadores de pensamiento único
que nos agarran de las muñecas para llevarnos obligatoriamente a la Tierra
Prometida.
Busco
percutor de garantías para empezar a destrozar los muros de la mentira (única
también, of course).
No hay nadie más sano que alguien que piense por si mismo. Ojalá todos pudiéramos decir lo mismo. No importa de qué tilden. Para tildes, ellos, unos y otros...Pasa!!!
ResponEliminaUn besote
A gastar neuronas que es gratis...
EliminaPero no basta con pensar por uno mismo si quieres que hacerlo sirva de algo más que para tu satisfacción personal. Hay que hacerse oir. Y los que pasamos de nacionalismos de cualquier tipo lo tenemos díficil en medio de esta campaña por la independencia. simplemente las voces discordantes con la tesis oficial no se escuchan. Noelle-Neumann le llama a esto "la espiral del silencio" enlace
ResponEliminaLos que nos la suda tanto la independencia de Cataluña como la unidad de España debemos hacernos oir. Porque somos muchos más de los que parece.
Y efectivamente parece que seguimos en sintonía.
Saludos.
Yo ya dejé por escrito mi posición (irónica y contundente).
EliminaHola Jordi! Soy nueva por aquí, te encontré en google + y me he alegrado mucho de leerte. Estoy de acuerdo contigo de que el pensamiento crítico parece no estar de moda. Pero solo lo parece. Los bebés lloran para reclamar cuidados, exigen sus derechos con fuerza. Los niños de 2 y 3 años, su espíritu crítico me hace pensar que venimos así de fábrica, con una curiosidad innata por aprender y explorar. Con amor por buscar su propio camino. Conforme avanza la edad se van como achatando, para ser uno más, para no sentirse rechazado, para encajar y ser una personita educada y no molestar. Llegan a la adolescencia y con tanto caos algunos no saben dónde está el norte (ojalá recordaran su tierna infancia y volver a ella), pero no encuentran su sitio en el mundo. Con la entrada en la etapa adulta, muchos intentamos volver a ese camino del pensamiento crítico, libertad y valores. En ese punto estoy yo, aunque a veces es un camino que conlleva alejarse de personas que siguen achatadas como máquinas y otras conlleva ceder en nuestro egoísmo para aceptar convenciones para poder seguir adelante. Y eso, lo dicho, encantada de conocerte compañero.
ResponEliminaMagnífica exposición para demostrar el deterioro del pensamiento autónomo. Bienvenida a este remanso de acidez.
ResponEliminaGracias. Reflexiono bastante sobre el pensamiento crítico y la exposición ya sale sola. Me parece una cualidad tan beneficiosa e indispensable como comer fruta.
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