Leí la
noticia y me sorprendió la ligereza por la que pasó por las cabeceras de los
medios de comunicación nacionales. Casi el 25% de los hombres de Asia admite haber violado a una mujer.
No hay
que ser un lince para saber que es una prospección y que el titular es capcioso
pero cuando te enteras que el estudio se basó en el testimonio de 10.000
hombres de 6 países diferentes la carne se te empieza a erizar. Cuando una de
las autoras explica que “es común que los
hombres violen como una forma de entretenimiento. Ya sea por diversión o porque
están aburridos”, el vómito empieza a asomar por la garganta. Y cuando 7500 zánganos arguyen que “fueron sus derechos sexuales los que le
llevaron a hacerlo” no hay fosa séptica que pueda asimilar el asco que me
produce la situación.
No
recuperado del primer impacto llega el segundo. Un niñita americana, rubita y
guay, alcanzó la fama encarnando el papel de Hanna Montana en una serie
televisiva que taladró los cerebros de nuestros jovenzuelos. Y la señorita se
fue haciendo mayor y como corresponde a su rebeldía adolescente (ya sabemos que
todo se estira en este mundo postmoderno) se ha dedicado a hacer gamberradas, o
sea, a provocar al personal. En la gala de los Video Musics Award de este verano se restregó con todo lo que
pudiera sugerir la morfología de un falo provocando el alarido de la casta
América. No contenta con la explosión mediática ha lanzado un tórrido video en
el que presenta su cancioncita Wrecking Ball. Leo algunas críticas que
coinciden con lo que yo pensé al verlo: “No
hay sutileza en sus formas, es todo muy evidente, muy vulgar, como de actriz
porno mala: la lengua siempre sacada, siempre con cara de felatriz.”
Una
excentricidad más de los yankees pensé desde mi inocencia, hacen programas donde se pueden ver los litros de grasa que salen de una operación de cirugía estética o uno que es un
muestrario de muertes rocambolescas (y chorras). Es obvio que ha sido un calculado movimiento de márketing de
los mánagers del la jovencita que han provocado el 12% de los clicks
que se han producido en EEUU en el último mes mientras que las horripilantes
historias provenientes de Siria nada más que el 1%. Por mucho que se esfuerce
el orejón Obama en vendernos que la nación más democrática del mundo no puede
consentir que niños inocentes sean gaseados por un cabrón con el que hasta hace
cuatro días se comían los mocos, los cibernautas lo dejan en ridículo y pasan
de muertos que no sean suyos para caérseles la baba con una chavalica que chupa
un martillo.
Dimito
del género humano.
Me uno a tus arcadas. Pero puedo entender que después de 5 años de crisis, mucha gente que intenta seguir adelante, se cierre ante la realidad, deje de luchar por las condiciones sociales y deje de interesarse por la política. Esa misma política que cuando todo va bien no guardó para las vacas flacas y no supo mirar más allá de la bonanza económica. Puedo entenderlo pero me entristece, porque creo que es compatible encontrar en el día a día un momento para dedicar a los valores y a defenderlos. Aunque sea por internet. Un saludo compañero.
ResponEliminaNo quiero comprender a quien deja que le roben lo que es suyo.
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