Según las entidades del Tercer
Sector Social, en Catalunya, cada día, caen 88 personas en situación de
pobreza. Si los datos son ciertos (no fueron rebatidos por nadie ayer en el
Parlament), en el mes en curso, un total de 2728 personas ingresaran en el
selecto grupo de los desfavorecidos de la sociedad. Y a lo largo del año el
terrible goteo de pobres puede llegar a acumular la nada desdeñable cifra de
32736 ciudadanos. No sé, yo lo veo MUY GRAVE, ¿ustedes también? Si la respuesta
fuese afirmativa sigan leyendo, si fuese negativa, no duden en ir a ver al
Barça este finde para disfrutar con todos los millones de euros que hay sobre
el césped y acúsenme sin piedad de demagogia que tendrán razón. Un país que
genera 88 pobres al día aplaude a las grandes figuras a la entrada de los
juzgados cuando acuden para aclarar sus fraudes contra la Hacienda Pública. Con
18 millones de euros no se puede erradicar la pobreza, pero una sopita caliente
y un techo para unos cuantos no sería difícil de conseguir. Lo siento, no
incurriré más en delito demagógico.
Ampliar las becas de comedor al
100% (ya veremos lo que tarda la burocracia en aplicarlo). Ampliar la tregua
energética hasta final de año (¿aplazamiento o condonación?) para evitar que se
corten los suministros y revisar los mínimos para tener acceso a la ayudita del
RMI parece poca chicha para cerrar el grifo de pobres en Catalunya. ¿Es lo
máximo que pueden pensar nuestros políticos para ayudar a los que se quedan atrás? Ya lo advirtió
el mofletudo (me refiero bien alimentado y mantenido por nosotros) conseller
portavoz Homs antes del debate: de dinero res de res (nada de nada), si acaso hablar hasta la
extenuación para conseguir algún pacto de mínimos pero de coste cero. ¿Los
pobres no tienen derecho a decidir? Qué fácil se ve todo desde el micrófono de los
poderosos que viajan en coche oficial y no se cruzan con los 88 pobres del día.
Los barrios marginales no los pisarán hasta el día que se agiten las banderas,
entonces les venderán que el doble sí equivale a pan para todos.
Con una desfachatez suprema, el
president Mas, el Mesías que recoge la voluntad de su pueblo (menos del que cae
en la pobreza), se quedaba tan ancho redirigiendo las culpas a Madrí. Menos
mal que un independentista (para que no quede duda y se acuse a los que
descubren al trilero de antipatriotas) puso las cosas en su sitio al acabar el
pleno. Hablo de Manel Pousa, conocido como el pare Manel, cuya fundación
trabaja desde el 2004 para atenuar la desconsideración de los poderes públicos
hacia los que bordean el límite de la exclusión social.
"No pueden apoyarse en el discurso de
que con un estado propio el país será más rico y se acabará la pobreza. Me
parece demagógico y una falta de respeto a las entidades y voluntarios que
trabajan de forma altruista en el tercer sector. Y yo soy independentista, que
quede claro.”
Hoy, 88 pobres pobres más.
Qué fácil resulta persuadir a los ciudadanos cuando estos se encuentran ante una situación de pobreza como esta. El presidente de tu comunidad no para de columpiarse sobre las dificultades ajenas, está bien que un independentista catalán le hable de falta de respeto ¿Se lo dijo en catalán y en castellano? ¡¡Hubiera sido redondo!!
ResponEliminaUn besote.