Soy un ferviente detractor de la caridad. Me da
grima como fórmula estable. Un ser humano que se atribuye la potestad de
suministrar a otro su forma de subsistencia lo insulta, profana su dignidad
(autosuficiencia), crea debilidad y dependencia, y al final del camino, como una segunda piel, se produce una dominación
disfrazada de bondad. ¿Por qué África no remonta el vuelo por muchos paquetes
que le tiren desde las alturas? ¿Por qué tanto misionero y tanta gaita si al final siguen palmando los negritos por millones?
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Beppe Giacobbe |
Contemplo con estupefacción la pirámide de
deserciones de lo que toca. El corazón se me encoge con cada comprobación de que aquello que
tengo delante de mí no responde a aquello para lo que fue fundado. Prueben
ustedes y verán lo que es vértigo del bueno.
Los hijos está previsto que crezcan a lo alto y a
lo comprensivo, que se nutran de galletas y de enseñanzas hasta que por su
propio pie pueden encarar el rumbo por sí mismos. Subsisto diariamente entre tiranos con acné que dirigen las vidas de los adultos y los condicionan con
chantajes emocionales que sus responsables no saben abordar. Los padres dejan
huérfanos a sus retoños porque quieren ser sus salvadores, sus amigos o sus
amortiguadores. La escuela ha dejado de enseñar para convertirse en una
prolongación del nido donde se tiene más en cuenta no soliviantar el fracaso de
la criatura que despertarlo a sus fortalezas. La policía ya no protege de vándalos
y de ladrones, está centrada en castigar a los que levantan la voz
denunciando expolios legales. Los periodistas redactan las noticias que les
encargan los poderosos y engañan a los que los leen. Los políticos dicen servir
al pueblo al que saquean de noche. Para crear empleo les ahorran pasta a los
empresarios con bonificaciones absurdas. Los sindicalistas no quieren saber nada de las explotaciones de
los trabajadores mientras montan cursos de formación invisibles. Con estos
amigos no necesitamos enemigos. Los economistas manipulan las cifras hasta que
encajen en el negro muro imposible siempre de cruzar, los curas abusan de los
niños en nombre de Dios mientras sus esbirros reparten comida en los barrios más pobres mientras ahorrándose unos impuestos que permetirían repartir chuscos con la marca del país. Los carpinteros son un manual de multinacional sueca
y la zanahoria de mi ensalada procede de un huerto a miles de kilómetros de
donde vivo y la arrancó un niño que no tiene para comer.
Y todo este vómito viene a cuento por una aparentemente nimia noticia
que me ha removido el estómago. La consellera de Educació de la Generalitat ha
dispuesto que a partir del año que viene los adolescentes dediquen 10 horas de
su formación a colaborar con una ONG para educarlos en valores. Supongo que el
global de la población aplaudirá tan solidaria medida. Mi voz ácida me lo
impide. Irene Rigau forma parte de un gobierno y LO QUE LE TOCARÍA HACER es gobernar, procurar porque la educación catalana
tenga de todo para que funcione, y eso, obviamente, para no dejarme en
rídículo, no lo hace, y lo que NO LE TOCA HACER es poner en la senda de la
caridad a unos mozalbetes tiernos y poco críticos. Las Organizaciones NO (no se
salten la negación como la consellera) GUBERNAMENTALES fueron fundadas al
margen de los gobiernos para no sucumbir a sus designios pero como dependen de
subvenciones varias se dejan arrastrar por los cantos de sirena de los que NO
HACEN LO QUE LES TOCARÍA HACER.
Creo que ya no me queda nada en la tripa. Lo
podrido ya salió.
Pues has vomitado bastante, pero todo cierto y correcto aunque esté podrido.
ResponElimina¿Qué les falta por controlar? ¿Queda algún resquicio donde no hayan conseguido tocar?...Mucho me temo que no.
Un besote grande.
Y además no saben ni hablar (no lo digo por el ceceo de la jefa). Como dijo alguien por Internet el otro día: lo de voluntariado obligatorio es un oxímoron.
ResponElimina