El triángulo semántico que configura la clave de
la regeneración no acaba de entangarillarse (palabra excluviva de origen materno sinónima de ir bien).
Se me desliza por las tres modalidades (equilátero, isósceles y escaleno) y los
resultados del dibujo son poco halagüeños. La equidad entre los lados sería la
figura fundamental sobre la que enclavar el cambio, pero a la que me descuido
se deforma el equilibrio y me encuentro que el camión de buenas intenciones amenaza
pinchazo cuando se pone endiablada la carretera.
Nos ha costado arrancar con el queremos. Nuestra
falta de audacia (me refiero a la mayoría de los españoles), nuestro
conformismo, nuestro analfabetismo político, nuestro dejar los asuntos
importantes en manos de los mediocres, nuestra inercia bipartidista, nuestros
intereses clientelistas (hay más causas pero no hace falta ponerlas todas en
fila) han hecho que no hayamos cogido la escuadra y el cartabón cinco
años después de empezar el gran desaguisado. Vamos tarde y apurados, los números del
desastre son casi irreversibles y hay que poner mucho querer en la balanza para
doblegar las toneladas de condicionantes insalvables.
Desde hace menos de un año, apareció con fuerza la
primera persona del plural del verbo poder en nuestra sociedad enferma.
PODEMOS. Unos novedosos incontaminados que pretendían arrancar la caspa de
cueros cabelludos dominantes. Listos, vivos, tertulianos, claros, al
contraataque, fueron convenciendo a golpe de encuestas a un buen puñado de
desesperados (yo incluido). Más vale malo por conocer que penoso conocido.
Jugaron la carta de la limpieza, nosotros somos de otro mundo, somos gente como
vosotros, gente honrada (quítame el IVA), nada que ver con los tripones que no
nos representan, nada que ver con los timadores de las black, nada que ver con
los sobres y con los chanchullos de la España va bien o la España Champions
League. Nada, nosotros somos los incorruptos (porque no gobernamos básicamente),
nuestro es el futuro. Sí se puede, compañeros y compañeras. Otro mundo es
posible. Vamos. Suena L’Estaca y lo que haga falta para movilizar la voluntad
de destrozados hasta las trancas. Bien. Fin del segundo capítulo.
¿Sabemos? Ese lado se está poniendo en cuestión a
cada segundo que pasa. No hay que ser muy avispado para conocer cuáles son las
cartas de la caspa y del sistema. Si vosotros vais del palo de la honradez hay
que rebuscar en los baúles (que todo bicho viviente tiene) oscuros para
encontrar unos trapillos sucios con los que embadurnaros con lo mismo que
criticáis. El Coletas lo avisa en cada tertulia, ¡van a por nosotros! Vaya
hallazgo. Y vosotros (nosotros) vamos a por ellos. En la primera tirada de
cartas me pillan a la novia del líder en pelotas (menudo pestazo tira los
contratos de su hermano), al ideólogo mayor cobrando pasta gansa por asesoría
etéreas y al barbilampiño segunda espada con líos menores. ¿Qué pasará cuando
formen parte del gobierno? ¿Qué sacarán cuando estén negociando la renta básica
universal? ¿Qué mierda no les endosarán
cuando vayan a cagarse en la madre que parió a la Merkel?
Y uno tiene que hacer sus equilibrios para creerse
isósceles cuando todo pinta a escaleno. Volveré a las clases de geometría a ver
si consigo arbitrar un milagro aunque sea a costa de apostar por la
circunferencia de un solo lado global: que se piren los que ya no tienen nada
de crédito y que se pongan los que tienen el futuro como curriculum. Y no mirar
mucho para Grecia vaya a ser que nos coja vértigo.
Yo, a pesar de los pesares, me inclino por el "más vale malo por conocer..." Que malo conocido ya llevo mucho.
ResponEliminaUn besote.
Tienes toda la razón... Hasta que pinchemos en hueso metamos el estoque. Besotes.
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