dijous, 10 d’abril del 2014

ME HAN DESPLUMAO



Mi pareja me zarandeó avisándome que alguien me buscaba a horas intempestivas. A las 00.29 Bankia (amablemente) me informaba por SMS que había hecho un gasto de 334,98 euros. ¿Telepático? A las 00.36 volvía a sonar el móvil para avisarme de otro cargo de 334,98 euros. Siempre tan solícitos (desde que se fue Rato es otra cosa) me ofrecían la posibilidad de fraccionar el pago (supongo que les preocupa que me haga un moroso de tomo y lomo). Qué elegantes que son estos bancos que piensan en ti cuando tú te cagas en la madre que los parió a ellos.  Al grano, cuando me rehíce de los dos ganchos de izquierda y de derecha y me tambaleaba dando los datos al vigilante de guardia del portal electrónico de mi banco para cancelar mi tarjeta me llegó un uppercut que dio con mis huesos en el suelo provocando el ko técnico: 674,14 euros más de desfalco en mi famélica economía. La sangría fue de campeonato. 1344,1 euritos del ala en el tiempo récord de 17 minutos. Una productividad que dejaría sentada a la patronal española que siempre invoca al vocablo milagroso para crear empleo. 


Esta mañana me he enterado que contraté los servicios de MARKETING DIRECT (seguro que es una de esas empresas pantalla que utilizan los Bárcenas o los Messi) y pagué la suculenta cantidad antes citada en dólares por no hacerme nada (jo, igual que el marido de la Cospy). Y todo, sin moverme de casa y roncando como un poseso. 
Demostrar que no soy yo ese que ostenta tan generoso ritmo de vida me será difícil de probar, en los ordenadores de mi banco consta que yo lo autoricé todo. De momento la víctima soy yo, si adjunto la denuncia de los Mossos y la reclamación a VISA y rezo tres padres nuestros y unas cuantas ave marías es posible que el seguro que tienen estos timadores legales se haga cargo del desaguisado. Pero no es seguro (valga la redundacia), ellos me dan un servicio, ellos tienen mis contraseñas y mis seguridades, pero si falla el sistema, el pagano (o sea, yo) siempre pringa. Como dicen los expertos en leyes, la deuda bancaria es prioritaria.
Los sermoneros me hablarán de los peligros del dinero de plástico, los agoreros me explicarán sus desconfianzas varias pero la cara de tonto que llevo todo el día es impagable. Estamos indefensos, queridos lectores y lectoras, estamos a merced de unos piratas cibernéticos que con una par de tecleos nos explican por qué nuestras abuelas se guardaban la pasta en el refajo.
Una secta americana en la que milité hace un tiempo, ya tendrán noticia de ella cuando publique mis jugosas memorias (espero que el Lara me pague al menos 2000 euros para enjugar el descosido de esta noche), se basaba en una máxima que ahora se vuelve en mi contra. CREO LO QUE CREO. Y es que desde que leí la profecía del reputado filósofo Dan Denett de que internet se vendría abajo y el mundo entraría en pánico, mi subconsciente seguro que ha estado fabricando la trastada de esta noche de perros, mi jueves negro particular.

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