Teniendo en cuenta que los actuales rectores del
país creen que esta generación que crece debe emigrar para ganarse las
habichuelas, o vivir de la sopa boba de sus padres o de una exigua subvención
estatal, he decidido combatir el paro desde la raíz e introducir algunos
conceptos importantes antes de que lleguen los de la competencia financiera
(ver Salvados).
Anuncio a bombo y platillo a mis alumnos de Bachillerato que
les voy a pasar un video que les garantizará más posibilidades de llegar a los
26 años dependiendo de los fondos que ellos mismos generen. Me miran con la
misma displicencia que cuando les hablo de Historia. De qué es preguntan a
coro los más fieles. Analítica web les respondo provocadoramente sin mover una
pestaña. Que yo les pudiera rescatar de las garras del paro les pareció
alucinante, que pudiera hacerlo con una disciplina que está en las antípodas de
sus intereses les llevó a flipar en colores. Puede que algunos pensaran en ser
abogados, bomberos o policías, ¿pero analistas webs? Les resulta difícil de
tragar que muchos caminos conducen a Roma y que picotear de diferentes saberes
no significa vivir directamente de ellos. Tendrán que crearse su propio
trabajo. ¿Cómo, profe? Más adelante respondo, no quería detener el aprendizaje
con conceptos de momento inabarcables a sus tiernas neuronas.
Cuando vieron desenvolverse en el estrado (virtual) a Gemma Muñoz
con un entusiasmo contagioso explicándoles cómo se mide el éxito de una
web (un blog) y cómo se orienta a unos objetivos concretos, se quedaron de pasta de boniato porque no calaban el
maquiavelismo de mis intenciones. Yo ponía cara de póker y les incitaba a dejar
de lado sus prejuicios para deslizarse por el tobogán de la incertidumbre (imagen
creativa y digna de cualquier autoayudero). La conferenciante entró en mi aula
dos años después de dar la charla en EBE12 (la gran cita anual de la web social). Cosas del You Tube. Eso sí, de mi mano
(prescriptor de contenidos para mis alumnos, no solo profe al uso).
El primer latigazo fue latigazo interesante. Si se tienen las herramientas para hacer algo
importante, es de tontos no hacerlo, ahora las tenemos (ella hablaba de Google
Analytics y yo de esos pedazos de móviles que valen un pastón y que solo
rentabilizan con el temido Whatsapp). Gemma Muñoz les comparó el análisis de datos con
un crimen del CSI, ahí ya dieron sus buenos respingos porque se aproximaba a su
mundo. Es importante tener datos (no demasiados pero de calidad), para disponer
de información (reflexionar sobre ellos, ver evoluciones, cambios sustanciales…)
en aras de generar conocimiento que pueda producir un aprendizaje significativo
que al girar la noria mejore los resultados. Es la clave para no ser unos
parásitos del sistema, para generar producto. Consideré que era necesario
complementar las enseñanzas de la conferenciante con alguna metáfora más
próxima a su vida cotidiana.
Llegaba el finde, tiempo de ligue por excelencia. Les
incité a que me dieran datos de sus posibles objetivos (a qué discoteca van,
que toman, con quién se mueven…), calculamos conjuntamente posibles variaciones
y tendencias con vistas a obtener
conocimiento de calidad sobre el comportamiento de sus objetivos. Y luego
elevamos ese conocimiento a una esfera más general para reflexionar sobre la
atracción y sus leyes, o sea, creamos un par de apartados de lo que podría
denominarse manual de seducción (aprendizaje). La analítica web tendría sentido
si al final de los dos días de fiesta habían conseguido ligue o mejoraron su
posición para hacerlo.
Todavía no han reaccionado. Su vida laboral les
parece muy lejana (las ramas) y no entienden de raíces y su esponjamiento. Solo
conocen los abonos clásicos (estudios reglados) y no tienen recursos para
injertarse con especies más productivas. La nueva semilla está sembrada, lo
demás corresponde a su responsabilidad.
No le digan nada a Rajoy que es capaz de colgarse
él las medallas.
Boníssim. Em guardo aquesta perla per passar-la als meus fills també, que ja tinc el batxillerat pràcticament a sobre :)
ResponEliminaQue els aprofiti.
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