He confeccionado un post muy visual adrede. No
desvelaré mis intenciones hasta el desenlace final. La cultura está por los suelos voceaba un vendedor en el Rastro
madrileño que tenía desparramada su mercancía por el suelo. La frase era fruto
del márketing cañí que gastan los mercaderes de especias de otro mundo. Los
libros han caído tan en desuso que yo los adquiero por 1 euro. Hace solo veinte
años, los compendios de saber no caían en mis manos si no apoquinaba más de 20. 19 euros de no
aprecio separan dos mundos, para muchos irreconciliables, para mí
complementarios.

Libro centenario. Los niños
necesitaban modelos que copiar, cartas manuscritas para cada ocasión,
diferentes estilos pero un orden formal único. En el prólogo encontré la
justificación y una filosofía de bolsillo pero útil.
Como creí que no podrían descifrarla me atreví a
teclearla en mi Mac. Mil euros (que todavía pago en cómodos plazos) para
trascribir la sabiduría contenida en un libro del mundo manuscrito.
Moraleja, con lo que vale un Mac pueden obtener ustedes una tonelada de joyas. ¿Mac o Manuscrito? Los dos. Entonces a
qué viene ese titular. Fijemos la atención y crearemos una cartografía
diferente. La caligrafía está en desuso, ustedes no conocen la mía, las
tachaduras (que tanto denosta el autor del libro de Método) son invisibles, a
veces se cuela alguna errata (pueden inferir que escribo en directo, sin
demasiadas revisiones) pero intento trasmitirles las ideas claras, eso es un
elemento que une a los dos mundos, al digital y al manuscrito.
Los listos de mis alumnos creen que los correctores
arreglan el déficit de ortografía. Nastic de plastic. No siempre están a mano y
no evitan errores de redacción y otros efectos no deseados. Y en el mundo
digital, también son apreciados por el interlocutor que puede decidir que quien
mantiene una web con faltas no es digno de solicitar inversiones. Aquí tienen
el botón (cambio foto por link).
Hay autopistas que van a ninguna parte y senderos que son atajos. La herramienta no es el fin. Tengo compañeros que me llaman el "Maquinitas" y tecnólogos que ven el respeto a los libros de papel como sinónimo de polilla. Me habita un cerebro del XXI (visual a más no poder) y uno del XIX (pensar, reflexionar, vincular).
Todos los caminos no van a
Roma pero sí se llega a Roma por un camino.
La cultura es la formación de la atención. SIMONE WEIL.
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