Ahora que han llegado colectivamente a la
conclusión que el 9N era un callejón sin salida y que la única decisión
trascendente era saber quien frenaba antes delante del muro constitucional y
quedaba como un cagón (Mas se ha llevado las orejas de burro), las hordas
independistas han vuelto a ver la luz y EXIGEN (qué vocablo más autoritario para bocas tan demócratas) al President de la Generalitat
que convoque elecciones en tres meses. ¡A sus órdenes! Es el mandato del pueblo
de Catalunya. Aplausos, vítores, banderas esteladas al viento y panellets para
todos.
Una duda existencial: ¿En las elecciones se puede votar? Han cacareado a los cuatro vientos que se
impedía votar a los catalanes y ahora exigen unas elecciones donde no hay
obstáculo alguno para poner las urnas y elegir a unos representantes que legitimados
por los votos puedan iniciar el proceso independentista. Las elecciones plebiscitarias
eran una solución ideal desde el punto de vista formal pero una putada para
amalgamar los egos y los intereses bajomano que se mueven entre los mesiánicos que mueven el proceso independentista. Ya ha empezado el baile de la
distracción, estén atentos los próximos días a los pisotones.
Lo ideal sería crear una candidatura ÚNICA (vaya
follón) con un objetivo claro y meridiano: INDEPENDENCIA. Nada de triquiñuelas
o de preguntitas capciosas. Sí y No. Punto pelota.
Mi parecer es que esa lista única independentista
de pura cepa tiene las dos primeras plazas adjudicadas. Veo de cabeza de cartel al Gran Pep Guardiola y su mano derecha sería Lluís Llach. Un maridaje perfecto entre el ben d’hora ben d’hora ganador, guapo
y con dinero con la Estaca y un puntito justo de Ítaca que ofrezca respuesta a
todos los carteles amarillos con deseos mágicos que se han colocado con la
palabra VULL (QUIERO) como pie introductorio. Ya sé que la tercera plaza la querrán
MásMas y el Llorón Junqueras pero ellos no son más que políticos, títeres al
servicio de la sociedad civil, del poble, el verdadero protagonista de la
historia como en 1714. Por lo tanto Carme Forcadell y Muriel Casals (incluso el alcalde de Vic) ya se han colocado el casco de anxenetas de lujo para edificar el Castell indepedent.
De la quinta a la décima posición se creará una Champions Fraticida que enfrentará a tertulianos habituales
de TV3, directors de l’Ara i el Punt Avui, actorcillos con curriculum en la lucha, la directora de
cine de renombre, Sílvia Bel y Toni Soler, la Histriónica Pilarín (Rahola) o el Visionario Cardús, incluso piden plaza en la competición el desocupado
Benach (jubilado con sueldo astronómico a los 50) o el Oportuno Carod-Rovira. Al final siempre hay tapados, los rumores
apuntan a Marc Márquez o Gerard Piqué (lo que sería genial es incluir a la
Shaki en el cotarro) para dar glamour al producto.
Gente de mala fe pide que se reserve un puesto en la lista
de unidad nacional al denostado President Jordi, ni que sea en las últimas
posiciones. Los más perversos y retorcidos exigen (se copian el verbo) que le acompañen Millet, Montull y
Pallarols. Sería la justa recompensa por sus años de travesía por el desierto dando clases de catalán en la intimidad al gran Aznar. Otros
proponen que los mandamases de La Caixa o del Banc de Sabadell figuren como
estandartes de que no se irán los capitales del país. ¿Nuria Feliu? ¿Puigcorbé? ¿Mikimoto? Poca chicha.
Las papeletas de las plebiscitarias se harán en
formato libro para que nadie se quede sin chupar en el nuevo estado
independiente.
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