Las cosas tienen sentido en su contexto, fuera de
él pierden todo valor. Un alfiler y un lazo lila deberían suponer una denuncia
clara contra la violencia de género, pero es que muchos y muchas de los que se
lo colocan en la solapa son cómplices (leyeron bien) de tan deleznable
situación. No son los que levantan la mano última, o los que perpetran la
constante humillación, muchos de ellos han utilizado los cimientos sólidos del
patriarcado para edificar edificios de nuevo diseño con ventanales atractivos por
los que se cuelan las nuevas y sibilinas formas de dominio.
Propongo que sea más difícil adscribirse a esta
causa, que no sea una declaración de principios vacua y poco fundamentada, que
se cobren cuotas de experiencia vivida, que sea necesario la aproximación sin
prejuicios al hecho, y sobre todo, pido que se deje de tratar a las víctimas
como retrasadas o inocentes o cualquier otra consideración vejatoria que
permite que siga girando la noria.
Soledad Murillo de la Vega, primer cargo político
en España en materia de igualdad y que participó en la ley 1/2004 contra la
violencia de género explica perfectamente en un artículo en Espacio Público las
dificultades con las que se enfrenta una víctima de violencia de género respecto
a otras víctimas.
1. -La
denuncia supone un rotundo fracaso personal, no haber sabido hacerle de un modo
que no despierte iras.
2. -El
temor que la denuncia ponga en riesgo a sus hijos.
3. -El
discurso culpabilizador que rehabilita constantemente la actitud del agresor.
4. -Los
consejos de la familia nuclear para que denuncie al maltratador que muchas
veces provocan el efecto contrario de encendida defensa del mismo.
5. -El
maltratador verifica un escrupuloso cumplimiento del rol femenino (renuncia y
sacrificio) que cuenta con un amplio beneplácito social.
6. -La
víctima teme que cuando el maltratado salga en libertad ajuste cuentas con ella,
sobre todo si se tiene en cuenta el aplastante número de sobreseimientos que
dejan impune el acto violento.
7. -Las
dificultades del agresor de reconocerse su responsabilidad en los hechos lo que
impide una posible rehabilitación.
8. -La
amplificación de las estadísticas de denuncias falsas que presentan a las
mujeres que denuncias como ventajistas de un proceso de separación.
Mi lacito lila debería recoger todas las dificultades
con las que se encuentra una mujer que quiere denuncia la violencia que sufre,
eso es poco práctico y antiestético. Por lo tanto, mejor llevar las
reivindicaciones por dentro y trabajar más duro.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada