dimecres, 6 de març del 2013

HUGO SÁNCHEZ HA MUERTO



Da miedo entrar en Tercero D a las ocho de la mañana. Dos hiperactivos que te salen por peteneras a las primeras de cambio. Un negrete zumbón que me pregunta el significado de todas las palabras del diccionario. Tres alelaos que dormitan refugiados en el calorcillo del radiador. Un grueso de la población apático y poco proclive al esfuerzo. La niña repipi que antes de poner una letra en su libreta rosa me requiere en qué día vivimos. Tres adolescentes magrebís con hiyab negro reglamentario que a la que me descuido me excluyen lingüísticamente. Lo dicho, puede pasar cualquier cosa. Y como creo (verbo crear) lo que creo (verbo creer) pues obviamente se produce el milagro.

-Profe, ha muerto Hugo Sánchez.

Rápidamente mi mente vuela libre a las vueltas de campana que daba el jugador mexicano del Madrid cuando marcaba un gol.

-¡Hala,gilipollas! Ese jugaba en el Madrí…
-¿Lo han envenenado? ¿Quién ha sido profe? Tú que lo sabes todo.
-¿Hugo Sánchez? No, no, era… ¿Cómo era? No me acuerdo del nombre, era el presidente de Colombia, eso sí que lo sé. ¿Cómo se llamaba, profe?

Tengo que pegar un berrido para detener el zipizape, aprender no, pero enfollonar, masters del universo. Un minuto ha sido suficiente para conocer los canales de aprendizaje de los filibusteros que tengo por alumnos.

1)Imprecisión. La información entra en su cabeza como un pegote de barro antes de modelar y así se queda. Seguramente mientras se chascaban las galletas Príncipe y el colacao estaban mirando la tele y ha salido la noticia de la muerte de Hugo Chávez (Sánchez rima en consonante), seguro que han situado al líder bolivariano en Venezuela pero ellos tienen un ojo en la tele y otro en el wasap y otro (¿tres?) en el vaso, la cabeza y otra cosa que no se nombra en la churri y el oído intoxicado de gritos de su madre diciéndole que llega tarde al insti.
2)Sumisión. La teoría de la conspiración imperialista ha sido aceptada como verdadera por el mero hecho de haber sido difundida por televisión. Lo que diga la caja tonta va a misa (aunque ellos no). Contrastar información es un concepto inaccesible a una generación que confía ciegamente en lo que les diga el presentador de las noticias sea de la tendencia que sea. Cuando tienen divergencias lo solucionan con la política del mínimo esfuerzo. Da pereza pontifican los sabios de la manada.
3)Dependencia. El profe lo sabe todo (el primo de Zumosol en vertiente intelectual) y el profe es mi esclavo. Cualquier duda que surja en el ámbito escolar (aunque proceda del ámbito privado) me la tiene que solventar gratis. Yo tengo internet en el móvil, un ordenador en clase, otro en casa, pantalla de plasma y ojos y orejas en perfecto estado pero es más fácil que alguien me suministre la información destilada y limpia de polvo y paja para que yo la degluta por unos minutos y la olvide en los siguientes.
Me he olvidado explicar que esta mañana faltan a clase cinco miembros de la Academia del Saber, tienen un horario especial, las ocho de la mañana es una hora intempestiva y ellos han decidido empezar su jornada a una hora más adecuada para su condición social de diputados de la vagancia. Ajenos a lo que sucede en otro mundo que no sea su barrio, no sabrán (ni falta que les hace) que el comandante Chávez, el caudillo (¿qué es, profe?) bolivariano (¿qué es, profe?) la ha diñao.

-¿Llevaba poco mandando, verdad?- pregunta un mozalbete de clase media para cerrar el tema.
- Investiga- corto por lo sano la hemorragia esclavista para iniciar la revolución.

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