El dicho tiene variantes más explícitas. Al vivo la hogaza y al muerto la mortaja.
O también, el muerto a la huesa y el vivo
a la mesa. Acabo con un práctico Después
de muerto ni viña ni huerto. Los seres humanos tenemos una tendencia a la
rimbombancia, intentamos envolver la muerte en un manto de trascendencia que
ella se despoja a ritmo de dicho.
Pérdida
irreparable. No podrá cubrirse nunca su hueco. No le olvidaremos. Sentencias de tanatorio que intentan
aferrar al finado al yugo de los vivos. La cosa es tan sencilla como que un
minuto nuestro motor bombea perfectamente y al minuto siguiente se para. Un
tema de mecánica, no más. Como el cuerpo se descompone pues es necesario
abandonarlo con un fogonazo o introduciéndolo en un nicho, lo que sea más del agrado
de los descendientes que disponen sobre la materia inerte. Un tema de sanidad,
no más. La herencia tiene que repartirse entre los que quedan en esta bendita
tierra y no pocos litigios generan los muertos después de muertos. Un tema
jurídico, no más. El recuerdo del difunto es libre, la utilización del mismo
igual, las enseñanzas y los reproches, ídem de ídem. Un tema de utilidad, no
más.
Jollivú ha demostrado ser una escuela de
superación de la muerte. El caso de Paul Walker, el prota de la saga
Fast&Furious, es el paradigma. En la gran pantalla uno corre a toda
pastilla y siempre se sale con la suya (faltaría plus), en la vida, uno pisa
más de la cuenta el acelerador y además de una recetita de la guardia civil se
puede encontrar con el fin de sus días en una curva más cerrada de lo que
esperaba. Pues nada, que el idolatrado Walker se la pegó y palmó.
![]() |
Hermanos Walker (a la izquiera los bollos, a la derecha el hoyo) |
La séptima
entrega de la saga estaba a medio hacer y después del correspondiente duelo
(imagino que todos los tópicos de tanatorio se agotaron en su funeral), los
productores decidieron que había que rentabilizar el dinero invertido (140
millones de euros) fuese como fuese. El muerto al hoyo y los vivos (en este
caso, sus hermanos Cody y Caleb que encarnarán al fallecido en unas cuantas
escenas que faltaban) al bollo. Lo que hay al otro lado de la orilla sigue intimidando,
somos bichos con sensación de trascendencia y eso no desaparece así como así.
Pensamos que los muertos nos siguen espiando por un agujerito y hay que
justicar el bollo que nos comemos. Puede que influya en mis teorías que el otro
día me tragué Ghost. Otro tópico ha resbalado por la boca de los hermanos
sustitutos: “Esto es lo que Paul hubiese
querido que hiciésemos.” A mí solo me queda responder: Of course. Lástima que cuando pienso en los 140 millones de dólares
se me destiñan los gestos reparadores.
Descansen en paz.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada