No se asusten, no pienso hablar del tema de moda. Solo
será el elemento imaginario de una metáfora demoledora. El elemento real son
las estrategias de los tóxicos. ¿Quiénes son? Según el psicólogo Tomás Navarro “alguien que no te quiere, no te respeta y no
te escucha”. El ébola tampoco entra en razones, mata. Para una persona tóxica no eres más que un
simple instrumento al servicio de sus intereses.
¿Saben lo que es un nanómetro? Una millonésima parte del metro. El virus del
ébola mide 80 Nn. Ni con las gafas de cerca se identifica el bichito. Se
esconde en su pequeñez. El problema para identificar al tóxico es que
se disfraza habitualmente de una bondad imposible de despreciar, cuando la
víctima descubre el fondo ya es demasiado tarde, suele estar contaminada hasta las trancas.
El virus del ébola manda un mensaje de autodestrucción al propio cuerpo. El
tóxico/la tóxica (este virus emocional ataca con las dos morfologías) provoca
algo semejante: te aísla de tu entorno,
se adueña de tu autonomía, neutraliza tu seguridad, destruye la confianza en ti
mismo y termina por cambiarte la personalidad y fagocitarte. Una persona tóxica
menosprecia tus logros, te desprecia a ti y a lo que representas… y lo hace
poco a poco, sin levantar sospechas, sin que te des cuenta, sin dejar de
avanzar hacia su objetivo…
¿Dónde se originó el Ébola? En el África
occidental. ¿Y los tóxicos? En la familia. Desde esa incuestionada y sólida
estructura estandarte de nuestra sociedad se permite un contagio tan masivo
como eficaz. Padres que descargan su toxicidad sobre sus indefensos vástagos,
parejas contaminadas por el amor eterno de los príncipes azules y las princesas
rosas. Quién te quiere te hará llorar.
Nadie te querrá como yo. El puñetero refranero estilete de los malvados.
¿Qué ha pasado con el ébola en España? Que no, que
no, que no me meteré con el gobierno ni con la Mato. Nos creíamos inmunes, por
eso trajimos a los dos curillas. La confianza mata al hombre (en este caso es
una mujer). Lo mismo sucede con el veneno de los tóxicos, los autoengaños de la
víctima pueden arrastrarla al precipicio. Advierte el que sabe y el que
ha tratado infinidad de casos de ébola emocional: No creas que cambiará. No
mezcles el deseo con la realidad. No sobrevalores tus propias capacidades. No
creas que controlas. No subestimes su poder de manipulación. Una persona tóxica
es tóxica, cruel, despiadada, manipuladora y disfruta viéndote sufrir bajo sus
dominios.
Nos van llegando buenas noticias de Teresa Romero,
parece que ha superado el momento crítico y que su cuerpo genera anticuerpos
que la defenderán de los que dieron órdenes para destruirla. Tomás Navarro también nos receta una vacuna. Obviamente para
que surta efecto es obligatorio alejarse del foco del contagio, aislarse como
hicieron con la técnica sanitaria. Más adelante recomienda una serie de
ejercicios personales. Descárgate,
desintoxícate, reconstrúyete y verás que después de una tormenta inicial
volverá la calma y tu vida mejorará… es más… te darás cuenta de que la vida es
preciosa siempre y cuando estés rodeado de personas bellas y respetuosas.
A veces la única
forma de recuperar la estabilidad es perder el equilibrio. (Benjamín Prado)
Para el ébola puede haber cura (dependiendo de los intereses) para las personas tóxicas, no.
ResponEliminaSuelo tener un remedio, distancia.
Encantada de saludarte, un besote y espero que todo esté bien (aparte de estas crisis profundas que afectan a nuesro país).
Uno también fue víctima y por eso puede explicarlo mejor.
ResponElimina