Escucho las voces de los periodistas deportivos (y
no tan deportivos) y me traslado al 98, yo creo que desde la pérdida de Cuba y
Filipinas que no teníamos un debate tan enconado sobre el orgullo patrio (en
Catalunya no, aquí tiran cohetes con la derrota de la Roja).
Lo primero, y creo de absoluta justicia, felicitar
a nuestros muchachos por tan sonada debacle. Estábamos disfrutando de la selección MUY por
encima de nuestras posibilidades. Yo soy heredero de aquel fallo de Cardeñosa
ante Brasil o del labio partido de Luis Enrique en épico partido contra los
azzurri (italianinis). Y si me exigen ahondar en nuestra esencia me remontaré a
tiempos del Naranjito y aquella inauguración espectacular de nuestro ansiado
mundial con un empate a uno con la temible Honduras.
Lo segundo, alabar a Van Gaal, nuestro verdugo, fue
el sociólogo de bolsillo más reputado que pisó nuestro país, ya saben su lema
en tiempos de culerío: Nunca positivo, siempre negativo. Qué tipo, cómo nos
clichó. El imbatible Casillas en 45 minutos es un paquete (ya lo dijo
Mourinho), el futurible Balón de Oro Sergio Ramos se arrastró por el campo,
Xavi nada más que está pensando en los petrodólares, Costa no aporta nada a
esta selección, Cesc está de negocios con el Chelsea y no rasca bola, Piqué anda embobado con el ombligo de la Shakira y con el póker. El campechano Del Bosque tiene unas
tácticas trasnochadas y solo pone a sus amiguitos. Ah, y lo que le acusaban en
su Madrí, los jugadores hacen las alineaciones.
Lo tercero, la culpa nunca es nuestra, los productos finacieros tóxicos (obviando las preferentes) los importamos de América, la maldita austeridad nos la impuso
la rancia de la Merkel, la corrupción no existe, los jueces no se enteran y así repartiendo culpas hasta el
infinito. El fútbol no podía estar al margen de la irresponsabilidad
generalizada, la mala suerte es una excusa muy trillada, pero por qué no rascar en el esoterismo. ¿Saben
ustedes que en 1966 ganó Eurovisión Austria? Sepan que solo ha ganado tan magno
evento en dos ocasiones. Supongo que no hace falta que les recuerde a la mujer
barbuda. ¿Y? ¿Saben que el Betis fue el colista de Primera División? ¿Saben
quién lo ha sido este año? ¿Saben quién ganó la Copa de Europa? ¿Y la Liga?
Todo coincide. Demasiadas casualidades. España en aquel 1966 lejano venía de
ganar la Eurocopa dos años antes con gol de Marcelino a la poderosa Unión
Soviética (rojos sucumbiendo ante las hordas del Caudillo), pues bien, nuestra Roja de yugo y flechas palmó a
las primeras de cambio en el Mundial de Inglaterra.
Lo cuarto, ¿y ahora qué? Lo mismo que nos
preguntamos a principios del 2009 cuando ya habíamos construido durante varios
años más viviendas que Inglaterra, Alemania y Francia juntas. La Roja había
aportado casi 150 millones de euros a las arcas de la federación gracias al
apoyo de marcas tan reputadas como Iberdrola, Movistar, Cruzcampo, Pelayo y
otros. Muchos de estos patrocinadores
acaban su contrato en agosto de 2014, en fin, me parece que las vacas gordas van a empezar a pasar hambre. No quiero ni pensar donde aparcarán
toda la parafernalia de los gritones de Telecinco que había pensado que la Roja
era una valor seguro y que tenían chiringuito para rato.
Si ni el fútbol es capaz de tapar los boquetes de
este país, tendremos que volver a misa o a los toros. Con buen ojo, la
proclamación de Felipín el Preparado será
después del partido con Chile.
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