UN ROMPECABEZAS NECESARIO

Últimamente hay que consultar más de lo normal los titulares de los diarios digitales. Nos echamos una siesta informativa y resulta que renuncia un Pontífice o abdica un Borbón a quemarropa. Los socialistas son otra cosa, salen a la palestra a lo somormujo (adjetivo materno análogo a lo suavito) y al final de una rueda de prensa sin excesiva relevancia cesa el secretario general del PSOE y unos días después, sin tiempo para digerir, el del PSC.

Ya es casualidad que uno de los instigadores del derrumbe se llame Pablo Iglesias (jode que al ponerlo en Google salga antes El Coletas que el mítico fundador del PSOE y de la UGT). Ya es casualidad que un partido de honda raigambre republicana se dedique a hacerle el caldo gordo a la monarquía y que se ponga a estalinear (neologismo recién inventado por mí y que va como anillo al dedo a la represión que sufrirán los diputados que sean fieles a los principios fundacionales de su partido si no votan a favor del Sexto Felipe). Y es recontracasualidad que se llenen la boca los últimos sociatas de inventar la democracia 2.0 con el rollito de las Primarias cuando en el fondo el aparato del partido controla hasta los estornudos. La casta, amigos y amigas, la casta casposa que se alió con la derecha por posibilismo y por falta de principios, ahora es la que lleva al muerto al nicho y se exclama de que el pueblo pase de ellos y les dé varapalo tras varapalo.

Y como Dios (el padre del primer comunista que dicen los horteras) aprieta pero no ahoga, hoy mismo se me ha abierto el cielo (leches, qué meapilas me estoy poniendo) cuando he leído que la Mesías (aleluya) Colau está pertrechando un acuerdo entre las principales fuerzas de izquierda para asaltar el consistorio de Barcelona. Desde Podemos a los de la CUP, desde los Constituyentes a movimientos vecinales, desde ICV/EUiA (cuidado que estos tienen aparato) hasta sindicatos. Un No pasarán de amplio espectro. 

Ada Colau ha demostrado ser una gran mosca cojonera y si la derechona la ha puesto de vuelta y media (Rojo la llamó gorda perdiendo todos los papeles) es que tiene talento. Su trabajo al frente de la PAH avala su capacidad. Me gustan los dos principios políticos fundamentales que alientan este nuevo proyecto: “de abajo a arriba” (democracia directa) y “queremos ganar” (proyecto de gobierno, nada de testimonialidades absurdas). Aunque suene a revolución de salón, amigos lectores, lo que hay enfrente de estos ilusos es más de lo mismo (¡Viva el Rey!) y mentiras y recortes y plasma y discursos vacuos y luchas intestinas por el poder o por el silencio (la mierda sigue debajo de la alfombra que cubrió los últimos 40 años).

Parece ser que en julio tendremos más noticias del conciliábulo, se me antoja un puzle de 10.000 piezas, de esos que hay que utilizar lupa para estudiar encajes imposibles, puede derivar en olla de grillos en cualquier momento, pero la esperanza es lo último que se pierde y si se entangarillan (verbo materno análogo a entenderse) pueden dar mucha guerra (y no hablo del que dijo ser azote de la derecha y se convirtió en su perrillo faldero).