divendres, 26 de setembre del 2014

DELIBERAR



Catalunya ha desteñido su Virgen Patrona. La Moreneta (marginal donde las hubiere) ha dejado paso a una imagen venerada en la lejana Siena. Me refiero a la Virgen del Voto. 


Catalunya (toda, todita, toda) quiere votar, exige votar, merece votar. Cómo y cuándo determinen los magnánimos políticos catalanes. Catalunya tiene derecho a decidir su futuro. Por higiene democrática. Sí o sí. Y sí y sí. Y el que no piense así que sepa que no es catalán o está en contra de Catalunya o tiene un germen nazi que hay que poner en cuarentena. O es español o botifler, que es como el ébola en ciertos territorios cuatribarrados (ahora estelados).
Formulaban en el programa matinal de la televisión más imparcial del condado (TV3) la siguiente pregunta para responder contrareembolso por SMS: ¿Cree usted que hay resquicios legales para que se produzca la consulta? Pregunta idónea para la señorita Pepita o para el mecánico de la esquina, es algo que maneja la panadera (con la barra de cuarto adjunta ejemplar de la Constitución) o que no tendrá el más mínimo problema en responder un alumno de la ESO. Obviamente el SÍ fue aplastante. Como eso, todo.
El experto en Ciencias Políticas Joan Subirats en un aclarador artículo en EL PAÍS sobre el tema que nos ocupa llegaba al meollo de la cuestión.

Las dudas más relevantes son sobre la calidad de la información disponible antes de votar, la posibilidad de deliberar y el grado de conocimiento sobre qué es lo que realmente se está votando y sobre los efectos que se derivará de ello.

El diccionario y las etimologías pueden ser altamente cabritos. Vean las dos acepciones de DELIBERAR, vocablo decisivo en el proceso de votación.

Considerar atenta y detenidamente el pro y el contra de los motivos de una decisión, antes de adoptarla, y la razón o sinrazón de los votos antes de emitirlos.

Pero acto seguido, como si fuera una bomba retardada, emite otra acepción que se aproxima más a lo que estamos viviendo en este choque de trenes (metáfora recurrente) entre Catalunya y España.

Resolver algo con premeditación.

Rezan las pancartas independentistas. VOTAR ES ALGO NORMAL. No lo tengo tan claro, en Catalunya, en los últimos cuarenta años solo hemos elegido a nuestros representantes. Los paladines de la democracia y la participación no nos han preguntado sobre otra cosa que no fuera el nombre de los que se sentarían en el Parlament. No nos han preguntado por la venta de patrimonio sistemático del país del que enarbolan la bandera, del modelo de sociedad (ludópata por los negocios que implantan en el territorio) que pretenden, o por la titularidad de la Sanidad y la Educación catalana. Eso lo han decidido sin nuestro voto. Por eso consideran (creo que con buen criterio) que es NORMAL que hayan decidido DELIBERADAMENTE hacia donde se debe encaminar Catalunya.

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